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| MAYORES HOY

co y de las que guarda y muestra al
mismo tiempo –esto es marca de la
casa-, tanto comentarios gráfi cos
en prensa sobre su obra, como las
“enhorabuenas” registradas en los
libros de los visitantes a sus expo-
siciones.

De peón a jefe de negociado

De su paso por Telefónica, Ruiz
Pastor guarda un buen recuerdo:
“Allí trabajé durante 40 años. Co-
mencé como peón y llegué a jefe
de negociado, porque tuve la gran
suerte de pasar por distintos depar-
tamentos, siempre y en todos los
casos promocionado por la empre-
Todas sus exposiciones gozan de una notable afl uencia de público y una sa. Primero en redes y líneas, luego
crítica notable. como instalador, pasé más tarde a
centralitas, de ahí a conductor-ce-
octogenario, se defi ne a sí mismo general, todo lo próximo al arte y lador, a encargado de brigadas…,
como “un hombre inquieto, siem- las manualidades, como el trabajo hasta llegar a profesor de la escuela
pre pensando en qué haré maña- en madera o piedra”. de la empresa y, ya en el Servicio
na o qué nuevo puedo aprender, de Ingenierías de Madrid, pasé a
deseoso por desarrollar trabajos Como en cada una de sus sen- la jubilación de jefe de negociado”.
distintos a los que hago habitual- tencias (mucho más que simples
mente, cambiando de tema sin frases), Ruiz Pastor acompasa sus “O sea –remacha a renglón segui-
más ni más, siempre buscando palabras con una demostración, do- , que me lo he ganado a pul-
cosas nuevas, y si puede ser ori- echando mano a su carpeta, en so, escalón a escalón, todo cuanto
ginales”. donde celosamente apila todo lo ahora disfruto. Porque después de
justifi cable: “Aquí tengo un libro jubilarme me diplomé como asesor
“Siempre –justifi ca- me ha encan- escrito en pirograbado, hecho por fi scal y en Derecho Tributario; tí-
tado viajar, escuchar a los demás mí, copiado fi elmente del Cantar tulo que conseguí aprobar por cur-
y leer, sobro todo Geografía e His- del Mío Cid, tal y como hizo mi sos, sin exámenes fi nales”.
toria: hacer caligrafía, dibujo y, en padre, a mano y gran cuidado ca-
ligráfi co de El Quijote cervantino”. Pero ahí no acabaría su avidez por
aprender y afán de superación,
“Manejo la albañilería “Creo, como ya he dicho, que hay porque según él mismo cuenta, fo-
como el trabajo en la tendencias que se llevan en la san- tografías en ristre mientras Aída,
su mujer, asiente, “manejo la alba-
gre, pero en gran parte lo que soy
madera o el arreglo de y he aprendido es fruto también ñilería o el trabajo en la madera o
pisos. Hice el proyecto de las vivencias que me ha tocado el arreglo de pisos, como me hago
de mi casa y luego la vivir, las que me han llevado, creo, yo el proyecto de mi casa y nos la
construimos entre toda por estos caminos”, dice para refe- construimos entre toda la familia:
la familia: mi mujer, rirse al arte de la pintura como a la mi mujer, hijas, yernos, nietos…”.
maquetación, disciplinas donde ha
Aída, mis hijas, yernos y cosechado en los últimos años su Lo de la arquitectura, como la ma-
nietos” mejores éxitos de crítica y de públi- quetación, “fue casual: una de mis

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