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Por eso un año más, tras compartir
con el viajero la canícula del mes de
Julio, hemos querido animarle a com-
partir, en Almagro, naturalmente, unas
jornadas de felicidad meses después.
Guarde estas imágenes en el mejor
álbum de su vida porque, si recordar
es volver a vivir, las páginas que este
lugar despliega sin pudor, antes,
durante y después del Festival, serán
sin duda su mejor resurrección.
Pero no olvide, viajero, que el pul-
so de Almagro no se detiene después
del verano. Continúa acompasada-
mente en sus calles y en sus monu-
mentos. Y en sus museos. Que abren
la puerta al visitante de manera pro-
vocativa. El del Teatro, el del Enca-
M. E. A. Instrumentos para coser, bordar, planchar.
je… el Etnográfico. Precisamente con
este último Museo –último sólo en la
mención, no en la intencionalidad, el
bagaje ni la calidad– vamos a revivir el
riquísimo pasado de Almagro, que por
otra parte no es ninguna novedad.

UNA FAMILIA EJEMPLAR

Que desde hace un cuarto de siglo
la ciudad se ha abierto al exterior,
afianzando e investigando su patrimo-
nio, tampoco sorprende a nadie. Pero
que haya familias como la de José Luís
y María Teresa –un Químico y una Tra-
bajadora Social– que han pasado la
mitad de sus vidas rescatando la his-
toria, ya es un hecho menos cotidiano.
Y sin embargo, tan cierto como que en
M. E. A. La historia a través de la radio.
la calle de Chile número 6, junto a la
Por eso, cada año, cuando el Festival no el alma que se nos muestra de sus iglesia de Madre de Dios, y en tres
se alumbra, cuando las calles se abren personajes–, reivindicar aquí y ahora un plantas de bien organizadas coleccio-
de par en par, cuando en sus plazas "Almagro, siempre". nes, pueden verse la inmensa mayoría
explosiona el bullicio, cuando en sus Aunque durante el mes de Julio la de los utensilios y herramientas otrora
escenarios renacen los fantasmas, ciudad reviente de luz y de pasiones, utilizados en los oficios varios del
cuando la alegría se desencajona y el amigo viajero, curioso o experto, Campo de Calatrava.
espíritu se embriaga, es fácil olvidarse, incrédulo o enganchado, no permitas En una bien cuidada casa, viajero
atento viajero, de algunas cosas. que tu visita sea flor de un día. Las amigo, cuyo acondicionamiento ha
piedras, sin el calor de los humanos, debido suponer no poco esfuerzo, y una
EN VERANO Y EN INVIERNO son frías. Y al fin y al cabo, esta ciu- considerable inversión, José Luís Anda-
dad no es sólo la rotundidad de sus rias y su esposa María Teresa Vallez,
Tal vez por eso convenga a la visión monumentos; es también la pervi- han ido reuniendo pacientemente todo
de algún apresurado viajero –que sólo vencia de la cariñosa huella de sus cuanto de interés puede ofrecerse al
divisa la presencia de las bambalinas, y visitantes. visitante. Viejas piezas de las que nues-

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