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En Unión LUIS PINEDA
cien la información agresiva y comercial
representa 98 mientras que el resto es
de dos. Esto representa un desfase
entre la capacidad informativa, divulga-
tiva y deformativa de las entidades de
crédito, que es infinitamente superior, y
la capacidad formativa, divulgativa,
educativa y equilibrada de instituciones
y asociaciones. Nunca hemos visto un
anuncio en televisión informando sobre
los derechos de las personas que tienen
cuentas corrientes que son, seguramen-
te el colectivo más numeroso en Espa-
ña; tampoco hemos visto un anuncio
informando de los derechos específicos
o de los abusos cometidos, y sanciona-
dos por sentencia, a los prestatarios
adquirientes de vivienda. Sin embargo
vemos multitud de anuncios anuncian-
do hipotecas. Se puede resumir dicien-
do que la capacidad divulgativa y
deformativa de la banca es infinitamen-
te superior a la información equilibra-
dora y educativa de todas las asociacio-
nes y las instituciones de forma que no
hay suficiente información sobre los
derechos que asisten a los clientes. La
información está descompensada a
favor de unos y en perjuicio de otros, los ble del préstamo cuando no es verdad.
derechos existen y los cauces para
reclamarlos existen aunque estos cau-
ces sean estrechos y pocos.
— En este sentido. ¿El lenguaje que se
utiliza en la información bancaria no se
podría hacer más accesible al ciudada-
no para que éste tenga una información
suficiente?
También existe el tema del lenguaje,
que se da en muchas profesiones;
hablando de forma ininteligible, en voz
baja y mirando al cielo parece que un
profesional siempre tiene razón y tiene
hilo directo con la divinidad, y en la
medida que yo no escuche lo que dice
ni sepa lo que hace no puedo negociar
nada con él y sólo puedo conceder. De
hecho, es increíble que firmar un con-
trato se arrope con “conceder” un prés-
tamo, cuando no nos conceden un
26 Sesenta y más
préstamo contratamos un préstamo
que pagamos con intereses. Con el tér-
mino concesión se utiliza un lenguaje
que lleva implícito una subordinación
que no es real pero que predispone a la
desigualdad a la hora de negociar
cuestiones muy importantes para los
intereses del cliente como el precio, el
plazo u otras cuestiones jurídicas muy
importantes. Desde AUSBANC lleva-
mos años intentando explicar que las
operaciones de la banca son muy sen-
cillas, y si no son sencillas no son inte- pide siete préstamos, en Navidad el
resantes para los clientes. Los bancos
hacen dos cosas principalmente. Una
es tomar dinero y pagar intereses por
ello y otra es prestar dinero y cobrar
intereses por ello, todo lo demás es
para cobrar más caro y se llama ren-
ting, leasing, factoring o préstamo
hipotecario. Por ejemplo, no existen los
préstamos hipotecarios, existen los
préstamos y las garantías; el préstamo
tiene una garantía personal con la
garantía de la firma o una garantía
hipotecaria, al ser una garantía es un
derecho o beneficio sólo del que pres-
ta y parece que forma parte inexcusa-
Esa garantía en lugar de pagarla el que
se beneficia de ella nos la cargan a
nosotros que somos los que nos perju-
dicamos con ella. En cualquier otro
sector las garantías en beneficio de
una de las partes del contrato la paga-
ría aquel que se beneficia de ellas pero
en banca no. En el sector bancario hay
muchas circunstancias en las que el
mundo es al revés, si una persona com-
pra siete coches en un concesionario,
en Navidad la empresa de automóviles
le envía una cesta, pero si una persona
banco no le manda una cesta es esta
persona la que manda la cesta al direc-
tor del banco. Otro ejemplo es el redon-
deo al alza en beneficio del prestamis-
ta que es anormal e ilegal que se pre-
tende justificar y que en ningún otro
sector se da y que si se diera ya se
habría resuelto porque los clientes no
lo consentirían. Otra circunstancia es
la imagen especial de los que están en
el negocio bancario
— ¿Qué consejos podría dar AUSBANC a
los usuarios, en relación con las entida-
des financieras, para que no se vean abo-
cados a situaciones problemáticas en la
que se puedan vulnerar sus intereses?
En primer lugar está la competencia,
que tiene que ser un concepto que
tenemos que llenar. Tenemos que
saber que queremos de un banco por-
que podemos tener dinero que ofrecer
o podemos pedir dinero, luego hay que
acudir a varias entidades y plantear
exactamente que queremos y escu-
char exactamente sus respuestas
sobre lo que queremos, y no de otras
cosas porque nos pueden ofrecer lo
que no queremos ni necesitamos. Así
identificamos lo que queremos, pre-
guntamos sólo sobre eso, anotamos lo
que nos ofrecen y verificamos que nos
lo dan. Si el acuerdo es leal nos lo
pueden firmar sin problema ese acuer-
do además de otras que tendremos
que firmar. Si sabemos lo que quere-
mos y en el banco nos responden afir-