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y sin relación aparente; el único sobre el tema, reinterpretándolo da para después donársela a los
vínculo entre ellos son las propias después en múltiples ocasiones con Musées Royaux des Beaux-Arts de
vivencias del artista. variaciones sorprendentes. Belgique. Las dos partes pudieron
verse juntas por primera vez el
En la exposición se abordan los Otra de las constantes en año pasado en el Musée d’Ixelles
cinco grandes temas de su iconogra- su obra es la seducción. Desde y se expondrán de nuevo en esta
fía desde el punto de vista del amor y comienzos de la década de 1930, muestra
la muerte: Venus yacente, un motivo pinta tanto parejas heterosexuales
recurrente en su obra que remite a su como de lesbianas, una relación La arquitectura ocupa un lugar
amor incondicional por la mujer; El que le llega a fascinar por pertene- preferente en la obra de Delvaux
doble (parejas y espejos), el tema de cer a la intimidad femenina y que desde mediados de la década de
la seducción y la relación con el otro, representa de manera mucho más 1930. Ya de niño le apasiona la
el alter ego; Arquitecturas, omnipre- sencilla, íntima y espontánea que mitología clásica y dibuja batallas
sentes en su producción, en especial la heterosexual. La visita a un pros- como las que lee en la Ilíada y la
de la Antigüedad clásica pero tam- tíbulo hacia 1930 puede estar en Odisea. Entre 1924 y 1925 dedica
bién de la localidad de Watermael- el origen de este tema de las «ami- su primer lienzo a la mitología,
Boitsfort (Bruselas, Bélgica), donde gas», que pronto se hace recurrente. El regreso de Ulises, anunciando
reside; Estaciones, esenciales en la Durante los meses siguientes, repre- ya la importancia que tendrá el
construcción de su personalidad pic- senta a numerosas mujeres. mundo clásico en su producción,
tórica; y, finalmente, El armazón de aunque lo trata sin grandes liberta-
la vida, que pone de manifiesto su Para algunos expertos, Delvaux des interpretativas. El resultado no
fascinación por los esqueletos, que recurre al lesbianismo para indicar le convence y abandona la temática
sustituyen a los humanos en sus acti- su decepción con las relaciones hete- en favor del expresionismo, para
vidades cotidianas. rosexuales, a las que tiende a estig- recuperarla en 1934.
matizar en sus obras, condenando
Procedente de una familia de a los personajes de sexo opuesto a La influencia de De Chirico
abogados, Delvaux consigue el per- la falta de contacto y de diálogo. se revela en esta vuelta a la cultura
miso de su padre para acceder a la En Pigmalión (1939) –en la exposi- clásica, pieza clave de su iconografía
que constituye la vanguardia belga ción se muestra un estudio previo–, que se manifiesta no solo a través
del momento. Ya entonces comienza el personaje femenino prefiere una de la arquitectura, sino también de
a mostrar interés por la representa- escultura de piedra a un hombre, la mitología o la vestimenta de Paul
ción del ser humano, sobre todo de invirtiendo el mito original por el Delvaux. Palacio en ruinas, 1935.
la mujer, que se mantiene como una que un escultor se enamora de la Colección privada en depósito en el
constante a lo largo de su carrera. estatua que él mismo ha tallado. En Musée d’Ixelles, Bruselas las figuras
el cuadro, cada miembro de la pareja femeninas. La Antigüedad supone
A mediados de la década de 1930, posee en segundo plano su alter ego. para él una escapatoria del mundo
descubre el surrealismo y, aunque par- Es el tema del doble, muy presente cotidiano, una forma de liberar la
ticipa en la Exposición Internacional también en la producción del artista, imaginación que, además, le resulta
del Surrealismo en París, en 1938, y y que remite así mismo a los espejos reconfortante.
en otras posteriores en Ámsterdam y como elementos relevantes de sus
México, se mantiene al margen del obras. En algunas de ellas, tituladas Sus obras adquieren un carácter
grupo, preocupado por conservar su explícitamente Mujer ante el espejo – teatral, incluso cinematográfico, por
independencia de pensamiento. como la perteneciente a la Colección el protagonismo de los decorados,
permanente del Museo, de 1936–, las composiciones estructuradas en
TEMAS DE SU OBRA atribuye un papel activo al reflejo, planos sucesivos y las posturas hierá-
prefiriendo la realidad imaginaria a ticas de los personajes. Unas veces,
El interés de Delvaux por el la tangible. la Antigüedad se sugiere con detalles
motivo de la Venus dormida se arquitectónicos que se funden en
remonta a 1932, cuando visita el Merece un apartado espe- el decorado. Otras, pinta auténticos
Museo Spitzner, una de las prin- cial en este capítulo El incendio paisajes antiguos, ciudades enteras en
cipales atracciones de la Feria de (1935), un lienzo que, según se ha las que, sin embargo, incluye elemen-
Midi de Bruselas, que exhibe figu- podido confirmar recientemente, tos incongruentes y mezcla diversos
ras de cera para mostrar avances es solo la mitad derecha de otro estilos, lo que confiere a la escena un
quirúrgicos, enfermedades y defor- más grande, cortado en dos por carácter absurdo. Palacio en ruinas
maciones humanas, junto a otras el artista antes de exponerlo en (1935) es su primera obra realmente
curiosidades conservadas en botes el salón anual de Amberes de ese surrealista y sienta las bases de su
de formol. Le impresiona sobre mismo año. Al cabo del tiempo, estilo, caracterizado por un clima
todo una pieza que se titula preci- el coleccionista particular Pierre de misterio poético sometido por el
samente La Venus dormida y, ese Ghêne adquirió la mitad perdi- silencio.
mismo año, pinta su primer lienzo

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