Page 30 - Número 96
P. 30
Newsletter CREER Nº 96 Febrero / Marzo 2020
habría infectado, mi indignación era mayúscula, me fui a casa a descansar a ver si se me
pasaba el agobio.
Para no aburrir demasiado, después de verme médico de cabecera, dentista, otorrino,
maxilofacial, neurólogo... pasé por varios diagnósticos erróneos, el ya mencionado pelo de
nariz infectado, glándula parótida obstruida, glándula del lagrimal obstruida, quiste en la
mejilla infectado, angioedema... llegué por una carambola a un doctor en Granada que me
diagnosticó a primera vista, jamás olvidaré la imagen de entrar en su despacho y oírle decir
"usted tiene el síndrome de Melkersson-Rosenthal", se me vino el mundo encima, ¿Qué era
eso?, mentiría si digo que no tuve miedo.
Empiezo mi primer tratamiento, tres sesiones de corticoides inyectados en la zona
afectada, mejoré sin resolver el caso por completo. En siguientes episodios o brotes debía
medicarme con corticoide sistémico y así estuve durante bastante tiempo, el problema es
que cuando sufría algún brote, empezaba el tratamiento de corticoide que al final con la pauta
descendente se hace largo en el tiempo, estaba unos diez o quince días sin medicación y
volvía un nuevo brote. Nunca he vuelto a estar bien del todo, el tratamiento me bajaba la
inflamación, pero nunca me la quitó del todo, en mi caso, el brote siempre iba asociado a la
aparición de un herpes labial-nasal.
Después de dar un millón de bandazos por varias especialidades, llego a la unidad
de Colagenosis perteneciente a medicina interna, al explicar mi situación y al ritmo que
tomaba los corticoides, en mi caso deflazacort, el doctor me "prohíbe" volver a tomarlos y me
propone un nuevo tratamiento, hasta ahora desconocido para mí, metotrexato, un pinchazo
semanal en la barriga y corticoides en ciclos cortos en caso de brote. Con este tratamiento
me fue bien, solo tuve un par de brotes al año y de menor intensidad.
Consulté si el tratamiento afectaba a la gestación y me dijeron que sí, así que me
cambiaron el metotrexato por inmurel, la ventaja es que eran comprimidos orales, mucho
más cómodo que el metotrexato subcutáneo, pero me hacía menos efecto.