Page 2 - 91
P. 2

Por lo tanto, podemos definir el ocio con tres palabras, libertad, motivación y satisfacción.

           Ocio es toda aquella actividad que elegimos libremente porque nos gusta,  motiva y nos
           produce satisfacción, bienestar.

                  Pero, ¿esta definición de ocio es válida para las personas que tienen una ER?

           Claramente, la respuesta  es SI. El  ocio  para las  personas con una ER,  asociada  a una
           discapacidad debe comprenderse en el mismo contexto de la vida de ocio de las personas sin

           ER.  No  hay  que entender las actividades de ocio  con fines terapéuticos, sino como  una
           actividad autotélica, en la cual realizarla es el principal objetivo.

                  Estudios demuestran que las posibilidades de participación en actividades de ocio son
           más reducidas para las personas con discapacidad o con una ER.  Así lo recoge el Estudio

           sobre situación de Necesidades Sociosanitarias de las Personas con Enfermedades Raras en

           España, Estudio ENSERIo (2016-2017) que dice que el 44,43% de las personas con una ER
           considera que su situación respecto al ocio y tiempo libre es insuficiente, mala o muy mala.

                  El ocio favorece el desarrollo de las personas y es un medio para lograr el bienestar
           emocional. En definitiva, un factor clave para la mejora de la calidad de vida”.

           Estos efectos positivos del ocio, son igual de válidos para las personas con una ER como
           para el resto de personas. De la  misma  forma,  el principio de  individualidad tampoco se

           modifica cuando hablamos de personas con una ER. Como es lógico, cada persona desarrolla

           sus propios gustos y preferencias.
                  La diferencia la podemos  encontrar en los apoyos que se  necesitan para acercar y

           facilitar el acceso al ocio de las personas con una ER asociada a discapacidad.

                  Estos apoyos deben conseguir hacer accesible el ocio, eliminando las barreras físicas
           que limitan la libertad de  movimiento y acceso; las  barreras comunicativas que limitan el

           acceso a la información y las barreras sociales que limitan la participación con la  escasez de
           oferta,  la falta de formación de los profesionales, el rechazo, la sobreprotección.

                  Estamos en el S. XXI, los grandes avances en tecnología nos ayudan a conseguir esa
           accesibilidad, las  asociaciones,  fundaciones, organizaciones,  hacen una gran labor de

           concienciación y sensibilización sobre las necesidades más específicas de cada colectivo.

                  Por lo tanto, no retrocedamos a la Edad Media, permitiendo que el ocio sea un derecho
           del que no puede disfrutar toda la sociedad. El binomio ocio y sociedad no debe dejar de lado

           a las personas con ER, es decir, todas las personas debemos poder elegir la actividad de
           ocio que  más nos  interesa, nos  motiva y nos produce  bienestar  y satisfacción, sin otro

           objetivo que realizarla, vivirla.
                  Si logramos un ocio inclusivo, conseguiremos favorecer la calidad de vida de todas las

           personas y esto repercutirá positivamente en la  comunidad.



           Newsletter CREER Nº 91 Julio-Agosto 2019                                                                                                                                              ~ 2 ~
   1   2   3   4   5   6   7