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OBITUARIO

Miguel Delibes, comprometido con
Castilla, apasionado de la naturaleza

Miguel Delibes nació en Valladolid, la ciu- dejé atrás un estilo retórico y recargado y
dad castellana que nunca quiso abando- conseguí otro más sencillo y natural al que
nar, en 1920; y en su ciudad ha fallecido, he procurado asirme desde entonces”.
a los 89 años, el 12 de marzo de 2010.
En 1956 aparece Un novelista descubre
Estudió en la Escuela de Comercio, de la que América en el que se recogen sus impre-
llegaría a ser profesor. En 1941 comenzó a siones de un viaje por Argentina y Chile,
trabajar como caricaturista en El Norte de especial interés tiene el capítulo titulado
Castilla, el periódico al que siempre per- “El gigantesco espectáculo de los Andes”.
maneció fiel, del que llegaría a ser director
(1958-1963), puesto desde el que inició Los santos inocentes se trata de un drama
una lucha por mejorar las condiciones de
vida del mundo rural castellano, lo que le rural, relata la dramática existencia de
produjo presiones de los responsables de la
prensa de aquella época, que Delibes refle- unos seres marginados en los restos de un
jaría en el libro de ensayos “La censura de
prensa en los años 40 y otros ensayos”. mundo latifundista. El director de cine es-
pañol Mario Camús realizó una excelente Miguel Delibes en Sedano (Burgos).
Ante las dificultades creadas decide dedi-
carse exclusivamente a la literatura, en su li- versión de esta obra. En 1982 compartió el Premio Príncipe de As-
bro “Las ratas” (1962), denuncia lo que
desde el periodismo no podía, la precaria si- Señora de rojo sobre fondo gris, es una turias de las Letras con el también novelista
tuación del campo castellano y sus hombres. obra con una fuerte carga autobiográfica, español GonzaloTorrente Ballester, y en 1999
Ante la falta oportunidades que llevaban al en ella evoca la figura de su mujer, Ánge- fue galardonado con el Premio Cervantes.
despoblamiento del mundo rural castellano
“Mi campaña periodística a favor del campo les Castro, fallecida en 1974. Delibes es sin duda uno de los narradores
me la abortó Fraga (entonces Ministro de
Información y Turismo del gobierno fran- De su última novela, El hereje Delibes afir- españoles más apreciados no sólo por el
quista). Pero yo tenía la salida de la novela. maría que era su obra “más ambiciosa y valor literario de su obra, por la riqueza de
Del fracaso de la campaña de prensa salie- compleja”. su lenguaje, destacando su maestría en la
ron Las ratas y Viejas historias de Castilla la utilización del lenguaje coloquial y popular,
Vieja”, diría Delibes años más tarde.
Diario de un emigrante lo escribió Miguel sino que también lo es por su coherencia
Pero antes Delibes había ganado el Premio Delibes a raíz de un viaje a Chile; es sor- ética, por su compromiso con su tierra,
Nadal con su primer libro, La sombra del ci- prendente la capacidad del novelista de con la que se sintió plenamente identifi-
prés es alargada, del que Delibes nunca es- Castilla para hacer suyo el habla chileno. cado, con su paisaje y su paisanaje. Delibes
tuvo plenamente satisfecho porque, según es, en palabras de César Alonso de los
mantenía, le sobraba la segunda parte.
En 1975 Miguel Delibes ingresó en la Real Ríos, un escritor con paisaje.
En su tercera novela, El camino Delibes, en-
contró su voz y estilo propios, “fue la pri- Academia Española de la Lengua, su dis- Su inspiración fue el campo, el habla rural
mera novela en la que logré un estilo per- curso de ingreso tenía por título “El sentido de Castilla que escuchaba con la misma
sonal, afirma Delibes, deliberadamente del progreso desde mi obra”. Comenzó la
paciencia que liaba sus cigarrillos. En el
lectura del discurso rindiendo un emotivo proceso de escritura de El camino llegó a
homenaje a su mujer, Ángeles Castro, fa- una conclusión que marcaría toda su obra,
llecida unos meses antes: “Soy consciente “se puede escribir sencillamente, de la
de que con su desaparición ha muerto la
mejor mitad de mí mismo”. A su mujer, misma manera que se habla”.
ENLACE EN RED 15 *Angeles Castro, había dedicado veinte años

antes su obra Diario de un emigrante refi-
riéndose a ella como “mi equilibrio”.
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