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El coloso.(1808-1812) Saturno devorando a su hijos. (1819-1823)
cronista del momento y su hálito emocional impúdicos parecen desafiar la mirada
se traduce en multitud de escenas de impura de cualquier espectador. Go ya, a
pintura religiosa, histórica, costumbrista… pesar de los azares de la vida, reducida
Es testigo de los usos y modas, como el la captación de la realidad objetiva, vivía
divertimento de “El cometa”, “La gallina una pleamar tal de inspiración que siguió
ciega”. Otras veces testifica en las estampas creando, pues cuando todo se vuelve oscuro
taurinas una reivindicación de lo hispano es cuando mejor se v en las estrellas. Se
frente al afrancesamiento y la claudicación puede explorar un mundo interior sin límites
de la corte ante el in vasor. Y siempre con cuando las condiciones físicas impiden al
un estallido de colores que llenan de luz hombre contemplar el mundo exterior. Se
y vibración los primeros tiempos hasta pueden conseguir victorias aún después de
que aparece el sombrío tenebrismo de muerto, como las leyendas cuentan del Cid.
verdugos, bruja s y aquela rres. Antes con Se pueden ganar batallas aún cuando en la
una paleta de tonalidades encendidas luego refriega se han perdido algunos miembros
con una apagada atmósfer a, presagio de como aconteció a Blas de Lezo, ese héroe tan
sus demonios interiores. Quejidos por los admirado en Cádiz y que parece escapado a
desastres de la guerra que brotan del magma destiempo de un poema homérico
mismo del dolor y la aflicción, producto
de esa perspectiv a con la que el pintor se Fueron muchos los artistas como Antonio
asoma al mundo. Pues la vida no discurre en de Cabezón, Salinas, Schumann, Rimbaud,
blanco y negro. Es un flujo plural en donde Toulouse Lautrec, Ludwig v an B eethoven,
el color parece un esfuerzo de la naturaleza Van Gogh… que a pesar de que tenían límites
por convertirse en luz. en su condición humana conservaron una
ilimitada genialidad alimentada por la fuerza
Quizás por primera vez aparece un desnudo de su espíritu y abordaron otras fronteras a
femenino que no responde ya a una las que nosotros tardaremos en asomarnos.
concepción mitológica, tan f recuente en la
pintura veneciana. Se trata de un retrato
con una modelos real, cuy os ojos, un tanto José Mª Vinardell Crespo
BOLETÍN SOCP 21 Dejando Huella