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Balaústegui, o el éxito de aprender más
al descubrir la llegada de esta como un rayo cuando yo tenía fue luego reeditado y vendido
sinfonía virtual en toda regla… 10 años, guardaba en su cabeza a otras firmas, ¡lo que resulta
todo un sistema preinformático aún más extraño!”.
–“…Así me quedó el Madrid de lo que era una empresa”.
de los Austrias –comenta mien- Y cierra: “¿Fama, para qué? Yo
tras muestra el resultado–, así Primero la idea, nunca fui ambicioso y sin serlo
la Catedral de Burgos, que se luego el software llegué con 44 años a gerente y
la hice a mi afectuoso médico consejero, durante 20 años, de
de Collado (el Mediano, pueblo –“Lo más curioso es que aque- una empresa de material eléc-
serrano de Madrid) donde va- llo de dar uno, dos o tres dígitos trico (EME, S.A.), la primera
mos los veranos, porque él, don a los distintos productos por que se informatizó en España”.
Rodolfo, es burgalés. Y así has- distribuir y adjudicar a cada fa-
ta más de ochenta los dibujos bricante un código, despertó en Va a ser cierto que la fama es la
que llevo hechos al ordenador mí tanta admiración cuando te- calderilla del éxito… Y que Ga-
en los últimos tres años. ¡Y en nía sólo diez años que luego, ya briel Balaústegui nos lo confir-
mi vida había dibujado antes!”. en la empresa en la que llegué a ma. Lo suyo es rozar –le digo–
ser responsable, encargué a un la perfección…
No menos sorprendente es la grupo informático que diseña-
admiración que Gabriel da se un programa basado en estas –“La perfección no, pero es
muestras cuando habla de sus mismas claves”. cierto que estoy organizado.
ancestros y sus hijos (“¡son lo Un ejemplo: cuando me duelen
más!”): abuelos, padre, madre, Pero aún hay más sorpresas: los pies, consigo que el dolor
suegra… incluso. Y hasta de “Creo que éste caso, según me desaparezca cuanto más ando”.
aquellos que fueron sus pri- informarían más tarde, fue algo
meros jefes, “porque de todos muy inusual, porque las empre- ¿Se puede pedir más? Todo
aprendí –admite–, incluso del sas encargan los programas a –en tonces, casi– está dicho. Un
primero de ellos que pese a ser los informáticos para adaptar- ejemplo para emular no sólo
muy exigente, antiguo guardia los a la empresa, mientras que para quienes tiene Parkinson u
civil, vencedor de la Guerra, el que yo había diseñado inspi- otra afección. El éxito de ser él
y hacerme repartir paquetes rado en el de mi antiguo jefe, mismo. Un espejo.
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