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No se lo digas a nadie...así

con la pareja, los amigos o los
desconocidos. Pero, cuando está
nerviosa, irritada o se pone a
la defensiva puede decir frases
inoportunas, contraproducen-
tes u ofensivas. Sin embargo,
si somos capaces de controlar
nuestras emociones negativas,
estaremos en disposición de ele-
girlas mejor, anulando nuestro
primer impulso a menudo perju-
dicial tanto para nosotros como
para nuestros receptores. Elija-
mos bien las palabras, siguiendo
la idea de Platón cuando afi rma
que “buscando el bien de nues-
tros semejantes, encontraremos
el nuestro”.

Respetando las Reglas de Oro
de No se lo digas a nadie...así, se
aprende a manejar valiosas téc-
nicas para hacer y recibir críti-
cas sin que nadie se sienta ofen-
dido; escuchar con empatía; dar
negativas sin que los demás se
sientan rechazados; elogiar sin
pasarse a la adulación; y discre-
par sin ser desagradable. Inte-
riorizar estas claves y conseguir
sus sorprendentes benefi cios en
la vida personal requiere, eso
sí, un mínimo esfuerzo –el éxito
es una escalera por la que no se
puede subir con las manos en los
bolsillos– y su autor, el psicólo-
go y escritor Francisco Gavilán,
demuestra, desde hace tiempo,

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