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              inglés. No es necesario recordar que   agua gritando en las profundidades de  naturales se abren ante nuestros exta-
              los trenes turísticos están en auge en  los acantilados fluviales al romper con  siados ojos. De golpe, una exposición
              buena parte de Europa, y nosotros en   las rocas. Estamos en un territorio lle-  de máquinas de ferrocarril antiguas,
              nuestro país estamos también entran-   no de leyendas, donde el románico      alineadas en una plataforma rocosa;
              do en esa cultural oferta, fruto de una  inició su andadura histórica bien    fueron las locomotoras históricas que
              larga tradición industrial, que ahora,  pronto (siglo IX), los castillos de las  protagonizaron la pequeña revolución
              después de muchas décadas de inac-     altas cumbres custodiaban los pasos    industrial que, hace un siglo, se vivió
              tividad, los ferrocarriles vuelven a   naturales y los pueblos se acurrucan   en estas montañas, gracias a la rique-
              ponerse en funcionamiento, pero ya     entre las paredes de las montañas.     za de sus minerales y a la condición
              para fines turísticos. Y este es el caso                                      de sus valores geológicos.
              del tren que nos ocupa, cuyas carac-   PARAÍSO A ESCALA HUMANA                  Poco a poco, nos vamos acercando
              terísticas señalamos en recuadro                                              al final del trayecto. Tras un recodo de
              aparte.                                  Estamos llegando a los Jardines      la montaña aparece, de golpe, un
                                                     Artigas. Fue a finales del siglo XIX,  monumento industrial formado por
              A CONTRACORRIENTE DEL LLOBREGAT        cuando el gran arquitecto del moder-   una serie escalonada de estructuras,
                                                     nismo, Antoni Gaudí Cornet, invitado   cubiertas de excepcionales bóvedas
                En pocos minutos, los dos vagones    y alojado en la casa de la familia Arti-  de ladrillo plano. Se trata de la anti-
              ya estaban repletos; más de medio      gas, y en agradecimiento a la hospita-  gua fábrica cementera Asland, funda-
              centenar de personas esperaban en      lidad recibida, no dudó en proyectar   da por el industrial catalán Eusebi
              sus asientos el sonido del silbato     para estos mecenas unos jardines jus-  Güell i Bacigalupi, pionera en la pro-
              como señal de salida de la locomoto-   to detrás de su fábrica, dentro del    ducción del cemento Pórland en
              ra, con las cámaras fotográficas o de  municipio de la Pobla de Lillet. Estos  nuestro país. Y el lugar en donde nos
              video a punto. En aquel momento,       fotogénicos jardines, proyectados      encontramos: el Clot del Moro, encla-
              entre el ronquido de la máquina, el    íntegramente por Gaudí, nos mues-      ve secreto al sur del municipio de
              sonido metálico de las ruedas sobre    tran como, en perfecta armonía, la     Castellar de N’Hug, que tiene como
              las vías y el griterío de los más peque-  arquitectura combina a la perfección  telón de fondo una montaña que
              ños, logré entender a un grupo de per-  con los elementos de una naturaleza   muestra en varios lugares su naturale-
              sonas mayores de Francia, de Auver-    en estado agreste y salvaje (fuentes,  za blanquecina, que sirvieran para la
              nia, en el Massif Central, recordando  bancos, barandillas y puentes), con el  transformación en industria del mine-
              a un trenecito similar existente en su  río Llobregat que pasa por las entra-  ral en cemento, tras la acción del
              región.                                ñas de este paraíso. Le llamará pode-  calor de los hornos.
                Después de pasar un pequeño          rosamente la atención la glorieta (pér-  La figura de Eusebi Güell, uno de
              túnel, el paisaje comienza a abrirse a  gola), el puente de los arcos, la cas-  los grandes mecenas del arte moder-
              los ojos de los viajeros, con espesos  cada, la gruta, las figuras de los ani-  nista catalán, está bien presente en
              bosques de pinos, abetos y robles,     males y el murmullo constante del      este lugar, porque gracias a él, y al
              masías aisladas en pequeñas platafor-  agua como música de fondo; es una      acuerdo alcanzado con otros socios,
              mas de roca y el Llobregat ya bajo     naturaleza decorada, donde la mano     tras la constitución en la ciudad de
              nuestros pies. Y no tardan en aparecer  del hombre es inapreciable y todo     Barcelona de la Compañía General de
              las primeras casas de la Pobla de      está concebido para valorar el detalle.  Asfaltos y Porland Asland, en 1902
              Lillet, siendo “La Pobla Centre”, la   Un verdadero cuento de hadas, que      requiere la presencia de Gaudí en estos
              primera parada en este trayecto ferro-  sumerge al viajero en otra dimensión.  parajes del Pirineo, para hacer realidad
              viario, donde descienden los viajeros    Los “Jardines Artigas” están próxi-  la impresionante mole del edificio, y
              que allí residen, mientras que otros,  mos a la estación; por lo tanto, reco-  éste se aloja en la casa de los Artigas,
              senderistas en su mayoría, ocupan los  mendamos que se baje en esta para-     desde donde se traslada a diario a la
              escasos asientos vacíos.               da para descubrirlos, y después tomar  fábrica, para seguir los procesos cons-
                Después de pasar por el puente       el siguiente tren que le lleve al final  tructivos, y también diseña el chalet,
              sobre el Llobregat, y ver con asombro  del recorrido.                         en la cercana Sierra del Catllaràs, para
              la profundidad de la garganta abierta                                         alojar a los ingenieros de las minas de
              por el agua a lo largo de los tiempos,  LA MONTAÑA DEL CEMENTO                carbón del Catllaràs, fuente energética
              la montaña parece devorar a la vía,                                           de los hornos que se estaban alzando
              que se pierde entre la espesa vegeta-    Tras retomar el viaje, con el        en la empresa de cemento Asland.
              ción; enfrente, altas cascadas y el    siguiente convoy, nuevos espacios      Todo estaba interrelacionado.



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