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EBRADO EN LA UIMP
cartera común de servicios (no solo
asistencial, sino también de preven-
ción y de promoción de la salud).
• También hace falta dotar a los
centros sanitarios, a las residencias y de dicho sector en el ámbito de los
a los centros de día, de una mayor
capacidad resolutiva, además de
promover una fluida relación entre
los distintos niveles asistenciales,
que habría de ser favorecida por
la utilización de protocolos y guías
consensuados y un flujo de infor-
mación ágil a través de las nuevas
tecnologías de la información y de
la comunicación.
• También resulta fundamental
una nueva política de recursos huma-
nos, de modo que se ofrezca a los cui-
dadores profesionales condiciones de
trabajo más atractivas, mayor estabili- el impacto que la misma pueda te-
dad en el empleo y mejor formación.
• Las oportunidades de empleo
en el sector para los próximos años
aumentarán como consecuencia
del incremento de la población que
habrá de ser atendida, estimando la
Comisión Europea que podrían ser
necesarios 300.000 puestos de traba-
jo nuevos.
• Es imprescindible mejorar la
información y la formación de los
cuidadores familiares y de los pro-
pios pacientes (paciente experto), a
través de formación (escuelas ciuda-
danas y escuelas de pacientes) y de
la colaboración con el movimiento
asociativo.
• Habrá que estudiar en profun-
didad las infraestructuras disponi-
bles y habrá que apostar por la inno-
vación y la investigación.
• La experiencia de las comuni-
dades autónomas acumulada desde
mediados de los años ochenta de-
bería ser puesta en valor, así como
diferentes planes y programas piloto
que modernizan y hacen más eficaz
la gestión sociosanitaria.
Otras conclusiones
• La acreditación de centros y de
profesionales y el establecimiento de
indicadores que permitan evaluar
los resultados, así como la determi-
nación de un marco estable y sos-
tenible en la colaboración público-
privada, deberían ser cuestiones
resueltas a la luz de la experiencia,
que sitúa en cerca del 70% el papel
servicios sociales, pero dotando a
esta colaboración de una dimensión
sanitaria que en este momento es
reducida.
• La atención domiciliaria cons-
tituye una alternativa de primer
orden a considerar en el diseño de
la coordinación sociosanitaria. La
teleasistencia y la telemedicina ha-
brían de estar presentes para poten-
ciar dicha alternativa.
• Ante la reforma de las corpo-
raciones locales, convendría prever
ner en la atención sociosanitaria,
teniendo en cuenta en todo caso la
necesidad de periodos transitorios
en orden a evitar situaciones de difi- Participantes y dirección
cultad que pudieran sobrevenir para
las personas que reciben atención.
• El modelo de financiación si-
gue siendo un tema pendiente que
habría de resolverse, al igual que
ocurre en otros países, en base a im-
puestos, contando también con las
aportaciones de los usuarios, cuan-
do esto sea posible y en función de
criterios homogéneos sobre su capa-
cidad económica.
• Para la coordinación sociosa-
nitaria sería necesario establecer
una nueva gobernanza, ya que sin
ella la dispersión de iniciativas, las
ineficiencias y la desorientación de
los pacientes se convertirán, si no
lo son ya, en males endémicos en el
ámbito sociosanitario.
La coordinación sociosanitaria
debe ser entendida como una
de las tareas fundamentales
para fortalecer y consolidar el
Estado del bienestar. En las fotos,
participantes en el encuentro
• Las reformas estructurales para
promover la coordinación sociosa-
nitaria deberían responder a los si-
guientes principios:
a. Los sistemas habrán de adaptar-
se a las personas y no a la inversa.
b. La igualdad de trato y la equi-
dad en el acceso a las prestacio-
nes deberían quedar plenamen-
te garantizadas.
c. La gestión sociosanitaria debe-
ría tener en cuenta la fragilidad
de estos pacientes y los supues-
tos de soledad, así como la ne-
cesidad de apoyo a las familias.
Destacar, finalmente, la activa
participación en el encuentro tan-
to de ponentes como de asistentes,
donde el formato de “mesa” facilitó
sobremanera la fluidez y agilidad de
exposiciones y posteriores debates.
Claves de este éxito, la dirección del
encuentro, compartida entre Julio
Sánchez Fierro y Fernando Vicente
Fuentes, vocal-asesor de la Dirección
General del Imserso, además de su
secretario general y la coordinadora
de Estudios y Apoyo Técnico, Fran-
cisco A. Ferrándiz y Mari Luz Cid,
respectivamente.
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