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VIVIR CON SÍNDROME DE ROKITANSKY

                                                  A  día  de  hoy  tengo  33  años,  y  miro  al  futuro  con

                                                  esperanza e ilusión, pero no siempre fue así.

                                                  Siempre  fui  una  niña  bastante  enfermiza,  cosas
                                                  normales:  catarros,  anginas,  mocos…  todo  lo  que

                                                  había, todo lo pillaba. Mi madre siempre me dice que
                                                  de  bebé  siempre  estaba  más  en  el  hospital  que  en

                                                  casa.
                                                  Hasta  los  12  o  13  años,  aparte  de  lo  anteriormente

                                                  dicho, fui una niña como otra cualquiera, tenía a mis

                                                  amigos  y  amigas,  me  gustaba  jugar,  leer  e  incluso
                                                  estudiar. No se me daban mal los estudios y aprobaba

           casi sin esfuerzo. Pero todo cambió el día en que me empezó a doler la barriga. Fue en ese
           momento  cuando  empezó  el  camino  más  duro  que  he  recorrido  hasta  llegar  a  este

           momento. Dolores día sí y día también, noches en urgencias del hospital, visitas médicas y
           siempre me decían lo mismo: tienes infección de orina o te va a bajar la regla. Si con doce

           años  aún  no  había  tenido  mi  primera  menstruación,  pero  por  lo  demás  había  tenido  un

           desarrollo normal.
                En esta situación estuve cerca de tres años, hasta que mi madre preocupada por mis

           dolores constantes pidió que me miraran en un hospital que no pertenecía a la Seguridad

           Social, ya que como trabajadora de ese centro podía pedir el traslado allí.
                Siempre me acordaré del ginecólogo que tras una serie de pruebas y de entradas a

           quirófano,  puso  un  posible  nombre  a  mi  enfermedad:  Síndrome  de  Rokitansky.  Es  una
           enfermedad congénita en la que falta el útero y la vagina y puede venir acompañada de

           otras malformaciones como la agenesia renal, como es mi caso. Por aquel entonces yo iba
           a  cumplir 16 años  y  de  repente me enteré  de  que tenía una enfermedad  rara  de  la  que

           apenas podía pronunciar el nombre y de que no tenía el riñón izquierdo. Pero eso no es

           todo, el día que le pusieron un nombre y un apellido a mi enfermedad me dijeron que en la




           Newsletter CREER Nº 69 Mayo 2017                                                                                                                                    ~ 20 ~
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