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CU l t u r a
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Jacques André Boiffard
Alberto Giacometti, París, 1931
Fotografía, copia moderna
Colección Fotostiftung Schweiz, Winterthur
© Jacques-André Boiffard / Colección Fotostiftung
Schweiz, Winterthur
© Alberto Giacometti Estate / VEGAP (Spain), 2013
La zancada de Giacometti
en Madrid
Una exposición coproducida por la Fundación Mapfre y Hamburger Kunsthalle de Hamburgo posibilita contemplar
durante los meses de junio hasta primeros de agosto la forma como concebía su obra escultórica el suizo Alberto
Giacometti (1901-1966), uno de los más grandes artistas europeos del siglo veinte.
Texto | Javier Vázquez-Prada G. Fotos | Cedidas por Fundación Mapfre
ENLACE EN RED 24 La exposición reúne cerca de 190 pie- ción se cierra con dos de sus más céle- que prima la obra como parte de un es-
zas, entre esculturas, pinturas, dibujos, bres esculturas, La gran mujer II y El pacio concreto. Es cuando surge uno de
grabados y fotografías procedentes de Hombre que camina que forman parte los aspectos más innovadores de su obra
32 prestigiosas colecciones internacio- del conjunto de tres esculturas que Gia- como la introducción del movimiento en
nales públicas y privadas, entre las que cometti ideó para uno de sus grandes la obra plástica.
se encuentran algunas de las principales proyecto, la explanada que se extiende
obras de Giacometti. ante el Chase Manhattan Bank de Nueva Es a mediados de los años cuarenta
York, sueño al que finalmente renunció. cuando Giacometti crea sus esculturas
La exposición ha sido concebida para que alargadas como agujas, las figuras filifor-
el visitante sea parte activa de lo que se Giacometti, escultor, dibujante, grabador, mes, que facilitan a comprender la visión
expone y ocurre en las salas, como si fue- creador de objetos decorativos, escritor que el artista suizo tiene del mundo exte-
ra parte de un juego desarrollado sobre fue un gran explorador de múltiples ca- rior. La culminación de la obra llega con
un tablero que hubiera sido extendido minos artísticos, desde su llegada al París la impresionante figura del El hombre
por el artista. de los años veinte del siglo pasado, cuan- que camina I, realizada en los años se-
do comenzó a realizar obras de marcado senta.
Se exponen sus primeras esculturas su- estilo cubista tardío. Con los primeros
rrealistas, que son como elementos de contactos a en los primeros años treinta Amigo de Joan Miró de Picasso, de Max
juego. Luego llegan las esculturas de la con el grupo surrealista y conoce a Jean Ernst, y sobre todo de André Bretón y
posguerra aparece la obra más celebrada Cocteau, incorporándose más tarde en el Paul Eluard, con los que colaboró en su
de Giacometti, son en las que se estable- grupo de André Bretón. publicación “El surrealismo al servicio de
ce una relación entre el espacio y las figu- la revolución”. En las posguerra conoció
ras, esas figuras delgadísimas y alargadas Con su salida del grupo surrealista se in- a escritores como Samuel Beckett y Jean
tan conocidas del artista suizo. La exposi- teresa por la realización de figuras en las Paul Sartre, quien escribió la introducción
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Jacques André Boiffard
Alberto Giacometti, París, 1931
Fotografía, copia moderna
Colección Fotostiftung Schweiz, Winterthur
© Jacques-André Boiffard / Colección Fotostiftung
Schweiz, Winterthur
© Alberto Giacometti Estate / VEGAP (Spain), 2013
La zancada de Giacometti
en Madrid
Una exposición coproducida por la Fundación Mapfre y Hamburger Kunsthalle de Hamburgo posibilita contemplar
durante los meses de junio hasta primeros de agosto la forma como concebía su obra escultórica el suizo Alberto
Giacometti (1901-1966), uno de los más grandes artistas europeos del siglo veinte.
Texto | Javier Vázquez-Prada G. Fotos | Cedidas por Fundación Mapfre
ENLACE EN RED 24 La exposición reúne cerca de 190 pie- ción se cierra con dos de sus más céle- que prima la obra como parte de un es-
zas, entre esculturas, pinturas, dibujos, bres esculturas, La gran mujer II y El pacio concreto. Es cuando surge uno de
grabados y fotografías procedentes de Hombre que camina que forman parte los aspectos más innovadores de su obra
32 prestigiosas colecciones internacio- del conjunto de tres esculturas que Gia- como la introducción del movimiento en
nales públicas y privadas, entre las que cometti ideó para uno de sus grandes la obra plástica.
se encuentran algunas de las principales proyecto, la explanada que se extiende
obras de Giacometti. ante el Chase Manhattan Bank de Nueva Es a mediados de los años cuarenta
York, sueño al que finalmente renunció. cuando Giacometti crea sus esculturas
La exposición ha sido concebida para que alargadas como agujas, las figuras filifor-
el visitante sea parte activa de lo que se Giacometti, escultor, dibujante, grabador, mes, que facilitan a comprender la visión
expone y ocurre en las salas, como si fue- creador de objetos decorativos, escritor que el artista suizo tiene del mundo exte-
ra parte de un juego desarrollado sobre fue un gran explorador de múltiples ca- rior. La culminación de la obra llega con
un tablero que hubiera sido extendido minos artísticos, desde su llegada al París la impresionante figura del El hombre
por el artista. de los años veinte del siglo pasado, cuan- que camina I, realizada en los años se-
do comenzó a realizar obras de marcado senta.
Se exponen sus primeras esculturas su- estilo cubista tardío. Con los primeros
rrealistas, que son como elementos de contactos a en los primeros años treinta Amigo de Joan Miró de Picasso, de Max
juego. Luego llegan las esculturas de la con el grupo surrealista y conoce a Jean Ernst, y sobre todo de André Bretón y
posguerra aparece la obra más celebrada Cocteau, incorporándose más tarde en el Paul Eluard, con los que colaboró en su
de Giacometti, son en las que se estable- grupo de André Bretón. publicación “El surrealismo al servicio de
ce una relación entre el espacio y las figu- la revolución”. En las posguerra conoció
ras, esas figuras delgadísimas y alargadas Con su salida del grupo surrealista se in- a escritores como Samuel Beckett y Jean
tan conocidas del artista suizo. La exposi- teresa por la realización de figuras en las Paul Sartre, quien escribió la introducción