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Editorial

editorial

© JAVIER C. ROLDÁN

Fenómeno
Planetario

El progresivo envejecimiento de la población no sólo afecta al notables de esta cita, que ha tenido a Madrid como foro interna-
primer mundo. A un ritmo diferente, este fenómeno, junto al de cional.
las migraciones, afecta a la población mundial en general. Para
no pocos expertos, la Humanidad toda asiste, casi impertérrita, Hoy, apenas recién comenzado el nuevo siglo, estamos todos
a una revolución demográfica sin precedentes. Los hay, incluso, convocados. Imposible «mirando para otro lado», porque todos
que estiman que ambos fenómenos unidos —envejecimiento y —fruto de la globalización— estamos en mayor o menor gra-
migraciones— son una nueva forma de «revolución silenciosa», do directamente implicados: primero en el origen del
añadiendo a continuación el astronómico término de «planeta- problema y, ahora, en el hallazgo de soluciones que ya deben
ria». Al margen definiciones, la situación, en todo caso, invita a ser mundiales, porque los problemas también lo son. Todos
la reflexión —primero— y al consecuente análisis y el estudio los países, sus ciudadanos y —especialmente— los que aún
de soluciones —sin esperar más—. no experimentaron la convivencia en ciudades, porque preci-
samente éstos padecen la hambruna y el subdesarrollo que
Pues ése, y no otro, ha sido el motivo que del 8 al 12 de abril ha propicia la insaciable voracidad de los más «desarrollados». Si
reunido en Madrid a 189 países, representantes de la ONU, di- en Occidente envejecemos alarmantemente, hasta impedir la
versas instituciones, grupos de expertos y 1.500 ONGs natural renovación generacional pese a nuestro bienvivir, no
internacionales en la II Asamblea Mundial sobre el Envejeci- es menos cierto que este proceso se hace aún más evidente
miento. Y su objetivo: debatir conjuntamente los impactos y entre países en vías de desarrollo —el 60 por ciento de los
consecuencias del progresivo envejecimiento y establecer el mayores viven entre ellos—, aunque por causas diametral-
marco político, económico y social que albergue una sociedad mente opuestas, claro.
donde los mayores son ya, de hecho, los protagonistas. Quie-
nes, en suma, son llamados a decidir —en Occidente, al Que la esperanza de vida se ha duplicado desde mediados del
menos— el futuro de nuestros destinos haciendo bascular o no siglo XX ha dejado de representar, en sí misma, un logro si no
el signo de nuestros Gobiernos y los políticas sociales y econó- somos capaces de saber qué hacer con nuestros mayores
micas a seguir por éstos al ser la mayoría de votos. cuando no son «productivos» en términos económicos. El en-
vejecimiento de la población acarrea nuevas cuestiones que
Kofi Annan, Secretario General de la ONU lo apuntó en el acto deben ser abordadas: el desarrollo de los países pobres, la
inaugural de esta Asamblea: «El envejecimiento es un fenómeno dependencia, la falta de infraestructuras, los malos tratos o el
que también viven los países en vías de desarrollo, a causa de nuevo papel de los mayores en nuestra sociedad necesitan
la globalización, la migración y los cambios económicos.» Revi- respuestas ya mismo, sin más demora, de los gobiernos del
sar el Plan de Acción aprobado en Viena —I Asamblea, 1982— mundo. La contradicción no aguanta más: mientras en Occi-
y elaborar una nueva estrategia mundial frente al fenómeno en- dente nos morimos por «colesterol», en gran parte del planeta
vejecimiento, para afrontarlo, han sido los resultados más se mueren por inanición. ■

IBEROAMERIC
ANA
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3 Año 2 - Núms. 4/5 [Marzo/Junio 2002] RED
N
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COOPERACIO

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