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Palabras mayores
policía municipal que teníamos “El día que dejé de cantar no fue una
que pasar porque llevaba a Teresa
Berganza. En ese momento le dije despedida, es que me quedé sin voz, muda
al conductor y al policía: “perdonen de manera literal, pero tenía que ser así”
pero yo soy Montserrat Caballé y
tengo que cantar en el teatro Real”.
Rápidamente quitaron la valla y me
dejaron pasar. Lo mejor es que el SUEÑOS Y VEJEZ
concierto tampoco era allí sino en el
Auditorio Nacional. Hablamos de la vejez. Y lo hace con una sonrisa y un reto. Ca-
mina todos los días y no corre porque no hay prisas. Disfruta de
ANÉCDOTAS la familia, del silencio y la soledad pactada. Eso sí, aclara que…
La vejez no me gusta nada, la palabra sí. Lo que no puedo soportar
Por favor, cuénteme la historia es que me llamen abuela la gente que no es mi nieta. Yo soy abuela
del esparadrapo y la enciclope- de mis nietos, nada más. La palabra abuela o abuelo es muy impor-
dia para cuidar esa voz… tante. Entiendo esta etapa de la vida en la que hay más limitaciones,
Siempre he tratado de ser profesio- nos cansamos más, tengo más miedo a enfermar. Estoy aquí, pero
nal, darlo todo por el público y ser no me gustaría tener muchos años más. Los que tenga los quiero
respetuoso con él. Eso conllevaba llevar como ahora, capaz de andar todos los días tres kilómetros
tener una disciplina y cuidar la voz. para querer estar mejor. Lo que me toque vivir, vivirlo bien, nada más.
Era horrible tener tres hijos y no
poder hablarles. Una de las cosas
que hacía era ponerme un espara- alta del pecho hasta la parte baja de oler, pasear y probar la voz en el
drapo y escribir en un cuadernito los pulmones. teatro. Manías también he tenido
lo que íbamos a hacer: “nos vamos unas cuantas. A mí nunca me ha
a las cinco”, y se lo entregaba a mi ¿Y también fue supersticiosa? gustado dormir con un edredón,
hija más pequeña, que no sabía leer por eso cuando viajaba a los paí-
y me preguntaba ¿a papá? ¿a la Un poquito. No sé si puede valer ses nórdicos me llevaba una ma-
abuela? También aprendí a respirar que siempre acudía tres horas leta con dos sábanas, una manta y
tumbándome en el suelo y ponién- antes de una ópera, incluso me una almohada. Y la maleta la hago
dome una enciclopedia que tenía adelantaba al portero. No podía por colores, jerseys negros abajo,
mi padre para saber utilizar la parte estar más en el hotel, necesitaba los grises encima…
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