Page 62 - ses324
P. 62
| OPINIÓN
n general, para que la vida humana resulte agradable, se precisa de un en-
Etorno atractivo y acogedor. Y este aliciente, si cabe, lo necesitan más los
niños y las personas mayores, más sensibles al ambiente que les rodea. No es
ECOLOGÍA algo extraño que los adolescentes y los ancianos (y no me gusta emplear esta
Y ORGANISMO palabra porque no corresponde a la realidad, pues la ilusión por vivir, la mente y
el corazón, nunca envejecen) necesitan en las grandes urbes de parques y jardines
EN EL TURISMO suficientes. El jubilado, después de muchos años de trabajo, anhela disfrutar de
DE LOS un merecido descanso en un ambiente propicio. Y si no lo encuentra, empiezan
sus dificultades. La vida que ya de por sí tiene bastantes problemas, se le torna
MAYORES todavía más amarga y despiadada. Esto es un hecho evidente. Y si de la ciudad
pasamos al campo, a la naturaleza, donde esta nos brinda grandes o insospechados
deleites para el cuerpo y el alma, constituyendo siempre una importante cura de
relax y salud; tenemos que, tanto para los niños como para los mayores, es una
extensa fuente de bienestar y gozo. Pero acontece, lamentablemente, que existe
un constante deterioro por una larga serie de motivos de esta naturaleza tan ex-
celsa y maravillosa que poseemos. Los hombres, en una carrera ciega y absurda,
estamos destruyendo nuestro bonito y hermoso planeta. Las consecuencias son
Ángel Las Navas Pagán harto previsibles. Si nuestras ciudades se están convirtiendo en agobiantes junglas
de asfalto y cemento, con abundante contaminación, excesivos ruidos y peligrosa
delincuencia, y nuestros campos y sierras, con sus sugestivos y bellos paisajes, se
transforman en vertederos, terrenos de suciedad y conglomerados inmensos de
edificaciones que, ante el afán de ganancias millonarias de las inmobiliarias, no
respetan la naturaleza, un triste porvenir nos aguarda a todos, especialmente para
los niños y personas mayores, que, en lugar de disfrutar sus incontables magnifi-
cencias y bondades, padecerán inexorablemente de un conjunto de males sin fin,
producto de un progreso material mal orientado. Entonces habrá que calificar a
nuestra civilización, con todos sus espectaculares inventos y adelantos, de fatal y
trágica. Todo esto hay que decirlo para crear una opinión pública poderosa, que,
al menos, intente o haga todo lo posible para frenar esta loca marcha hacia el
abismo de una humanidad desorientada y confusa. Diversos especialistas (ecolo-
gistas, urbanistas, médicos, sociólogos, psicólogos, filósofos, moralistas...) vienen
ofreciéndonos soluciones. ¿Les haremos caso o seguiremos como hasta ahora?
El problema es grave y requiere la atención de todos. No olvidemos que, poco a
poco, lentamente, casi sin darnos cuenta, estamos deteriorando nuestro habitáculo
sin cesar. ¿Continuaremos contaminando la atmósfera, los mares, los ríos, hacien-
do desaparecer los bosques y zonas verdes, dañando los paisajes, convirtiendo lo
que ayer fueran deliciosos sitios de recreo y esparcimiento en vertederos de basura
y residuos nocivos y, muy especialmente, construyendo ciudades incómodas e
insufribles por muchas causas?
Pensemos que uno de los mayores alicientes que tienen los mayores es el turismo,
ensoñadora actividad que hace rejuvenecer, crea ilusiones y alegría, proporciona
vasta cultura, facilita la comunicación y entendimiento de unos pueblos con otros,
aunque estén alejados o pertenezcan a diferentes continentes, y representa una
de las más hechizantes distracciones. Y contribuye notablemente a la paz univer-
sal y crea trascendentes lazos de amistad entre los hombres de las más diversas
latitudes. Pero, para que este mágico mundo del turismo tenga plena realidad,
necesita de un amplio sentido ecológico por parte de los gobernantes y sectores
influyentes, que erradique los errores hasta ahora cometidos contra la naturaleza
en sus más variados aspectos. Y también que se solucione ese largo conjunto de
problemas para conseguir ciudades más higiénicas y amables para la vida. Seguro
que los niños, los mayores y las generaciones venideras lo agradecerán.
62 Más fijos