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Mayores Hoy CÁNDIDA VILLAR
Ha nacido una estrella
Cándida es la primera película y (“tal
vez simplemente mi película si sigo
manteniendo el promedio de rodar
una cada 45 años”) como director y
escritor –dice Guillermo Fesser. El
filme, basado en su propio libro
Cuando Dios ahoga, aprieta pero
bien, Ediciones Temas de Hoy –cuyos
beneficios celebró poniéndose una
dentadura–, cuenta la vida y mila-
gros de su asistenta Cándida Villar.
Cándida Villar es la protagonista de
una ficción basada en hechos reales.
Cándida Villar ante el micrófono Como señala Guillermo Fesser, la
del programa donde colabora película no es otra cosa que un
como comentarista de cine. pequeño homenaje a una asistenta. A
ella y a tantas otras Cándidas que
son, en definitiva, la verdadera histo-
ria reciente de España. Porque la
transición a la democracia la hicie-
ron, además de una puñado de políti-
cos, un ejército de mujeres que con
el conflicto del Líbano en sus hoga-
res, maridos alcohólicos, hijos dro-
gadictos y vecinos conflictivos, salí-
dado estudios a causa de la mala vida el jabón. O sea, que estaba en el inte- an de casa al amanecer siempre con
que me dio mi marido. Para que te voy rior del salón-comedor y venga a lanzar una sonrisa en la cara. A trabajar a
a contar más. Tienes que leer el libro de cubos de agua. Cuando le paramos destajo en hogares ajenos sin que les
mi vida, y te enterarás de todo lo que he estaba todo el piso de madera chorrean- temblasen el pulso. A tragar el des-
pasado. Ocho hijos traje al mundo y los do. Se quedó el parqué abarquillado. potismo ilustrado de las señoras y a
ocho me han salido defectuosos. La Un desastre. No valía para trabajar nin- regresar tarde en la camioneta ver-
mala suerte de no haber exigido el certi- guno. Ninguno salió a su madre. de, después de dos transbordos en
ficado de garantía en el sanatorio. metro, bromeando con el conductor.
La tenacidad, el buen humor y el
Menudo calvario. (Se ríe). La vida cambia
orgullo de esas Cándidas, que son
nuestras madres, o nuestras abuelas,
— ¿Ninguno de sus hijos le ayudaba? — ¿Cuándo empezó a cambiar su vida?
o las señoras que nos cuidaron en la
infancia, formaron el motor que ha
No. Puedo contar anécdotas y no Fue cuando empecé a trabajar con
hecho posible que hayamos pasado
acabaría nunca. Un día me llevé a un Guillermo y Juan Luis. Era otro ambien-
de ser un país en blanco y negro a
hijo mío que quería echarme una mano. te distinto. Eran gentes de profesiones
tener en los teatros Broadway y en el
Le encargué limpiar los cristales de las “libertarias” que me hacían decir anun-
extranjero estudiantes con beca
puertas corredizas de la casa que esta- cios y me sacaban fotos y vídeos para la
Erasmus. Ojalá que ellas se sientan
ba sirviendo. Llenaba cubos de agua y televisión. Como uno de los jefes habla-
reconocidas con esta película y ojalá
los arrojaba sobre el cristal para aclarar ba en francés cosa linda, le dieron un
que el espectador pueda reconocer a
“Lo mío con Nueva York fue un su Cándida personal, se llame Toma-
sa, o Felisa, o como sea, en la prota-
gonista de nuestra historia.
gran amor a primera vista”
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