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— Cuando se casó con Román empe- Esa historia fue graciosa. La idea, una agencia, empecé a trabajar para
zaron los problemas. como siempre, fue “del Román”. Me otros señores. De nuevo me quedé
convenció de que fuéramos a Valencia embarazada del Marianín. Cuando se
Mi marido no trabajaba, ni tenía a recoger naranjas. Nos subimos en el enteró mi marido vino a verme, y lo
intención de trabajar. No había día tren con lo puesto, y al llegar a Játiva, bueno es que le dio sus apellidos al
que no estuviera borracho. Siempre nos tuvimos que bajar del tren porque niño. Él quería juntarse de nuevo con-
me estaba pegando. Un día se fue a la niña empezó a llorar de hambre. migo. Como yo le decía que no quería
vivir con un hombre. Ya sabe a que Estuvimos en la estación hasta que saber nada de él, se marchó a la
me refiero. No fue la primera ni la pasó un señor en un caballo. Se me Legión. Se tiró tres años hasta que
última vez que me abandonaría. ocurrió preguntarle por la carretera de regresó. ¡Ya lo creo que regresó! Vino
Valencia, y nos detuvo allí mismo por y tuve cuatro embarazos en fila.
— Entonces fue cuando decidió venir- no llevar documentación. En un prin-
se a vivir a Madrid. cipio pensé que iba a darnos de — Y otra vez la detienen.
comer. ¡Vaya si nos dio! Duró un año el
Sí. Cuando llegamos a la capital banquete en la cárcel comiendo ran- Sí. Fue por culpa de mi cuñado
nos instalamos debajo del puente de cho. Entré en estado de cuatro meses Manolo, que era un ratero. Fue él
Legazpi. Y así fue como empezó toda y salí con un niño de cuatro meses. quien me engañó con el asunto de
mi historia: la de asistenta. Mi marido una maleta que tenía que llevar yo a
seguía sin trabajar. Yo iba a limpiar y — De nuevo otra vez en Madrid. Madrid. Me detuvieron y me llevaron
a lavar ropa a varias casas. “El a Yeserías. Allí estuve hasta que
Román” me esperaba en la taberna Mi marido seguía lo mismo: pegán- salió el juicio final.
borracho como una cuba. Ése era el dome. Nada más que pegarme, darme
compañero que tuve en la enfermedad mala vida y no trabajar nunca. Por eso — Después los hijos se hicieron mayo-
y en las alegrías… tuve que dejar a mi marido y volver a res y más problemas.
Madrid. La primera casa en la que me
— Y después a Valencia a la recolec- coloqué estaba en la avenida de José La culpa de muchos de los problemas
ción de naranjas... Antonio. Después, por mediación de de mis hijos, la tuve yo por no haberles

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