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Calidad de Vida EL AMOR VERDADERO NO ENTIENDE DE EDAD
con ella día y noche. Su enfermedad ne edad –explica Juan- yo siento las LOS HIJOS NO NOS APOYAN
comenzó a imposibilitarla poco des- mismas mariposas en el estómago
pués de nacer nuestra segunda hija que cuando tenía quince años, bue- Los hijos de Juan no ven muy bien
y falleció al poco de jubilarme, yo no incluso peor, porque en este que estemos juntos y a los míos tam-
tenía sesenta años. Me siento feliz momento, antes de saber si eres poco les hace mucha gracia, y por
porque todo lo que estuvo en mi correspondido tienes mucho más supuesto el resto de la familia de
mano darle, lo tuvo, pero al final se miedo al ridículo que cuando eres un ambos piensan cuanto menos que se
fue y tras su muerte me quedé tan chaval”. nos ha ido la cabeza o cosas peores.
vacío que sólo quería morir!, explica Pero es nuestra vida y no estamos
Juan. Pero Elisa dijo sí y según explican dispuestos a renunciar a ella”, dice
el suelo se movió bajo sus pies y un Elisa de manera tajante.
“Mis hijos me animaron a que futuro lleno de sueños se abrió ante
saliera y me apuntara a un centro de ellos. Desde entonces no paran de “De hecho, poco a poco empiezan
mayores. A mi siempre me han viajar juntos, ir a bailar, al cine y a a aceptar que Elisa es mi compañera
encantado las actividades manuales, cualquier lugar que nunca antes, por y que si me invitan a una boda, implí-
sobre todo la pintura, y empecé a ir distintos motivos, habían ido. citamente la invitan a ella, así que si
por el centro de mi barrio”. “Allí nos no quieren que vaya ella que no me lo
conocimos”, interviene Elisa. Y es que, según explica Nina Miel- digan a mí”, dice Juan.
go, “una persona mantiene la capaci-
La historia de Elisa es parecida a dad de enamorarse mientras siga sin- “Nunca pensé que la felicidad me
la mucha mujeres de su edad: “Yo tiendo ganas de vivir, lo que va cam- fuese a llegar con más de sesenta
nunca fui feliz en mi matrimonio, biando con los años es la forma de años –señala Elisa con una sonrisa-
bueno, la verdad es que no creí que
Las personas mayores tienen me llegara ni con sesenta ni con cien.
unas necesidades prioritarias Pero ahora se que existe, he conoci-
relacionadas con la salud, pero do lo que es disfrutar de la sexuali-
también necesitan participar dad, de poder reír con el otro, de ser
y transmitir sus conocimientos. amada y complacida y a la vez de
poder amar al hombre con el que soy
pero tampoco desgraciada. Mi mari- sentir y manifestar física y psicológi- feliz. Es lo mejor que me ha pasado
do era un buen hombre, pero nunca camente el amor”. nunca y espero que lleguen a com-
llegué a ser feliz con él aunque tuvi- prenderlo”.
mos tres hijos, dos chicos y una chi- “El motivo –continúa la psicóloga-
ca. Cuando falleció bien sabe Dios es simple: con los años cambiamos Nina Mielgo señala que situaciones
que en mis planes no entraba volver tanto física como mentalmente la similares a la que viven Juan y Elisa
a tener pareja, ni mucho menos, percepción que tenemos de nosotros con su familia no son ni mucho
pero el destino quiso que conociera y de los demás;.así, el presente y el menos excepcionales, sino frecuente
a Juan en la clase de pintura y todo futuro varían con el paso del tiem- y difíciles de resolver. “La vivencia
cambió”. po”. que otros miembros de la familia tie-
nen respecto al hecho de que su
Fueron precisamente los pinceles Juan y Elisa comparten casa y vida padre, madre, abuelo o abuela se
y el olor a disolvente los testigos del desde hace algo menos de un año. Lo enamoren estando viudos o separa-
principio de su amor, y sus cómplices que está siendo un poco más duro dos suele producir un impacto”
los cuadros que hoy decoran las para ellos es la reacción de la familia,
paredes de su casa. “El amor no tie- porque no todos están dispuestos a “Socialmente se ha vivido como un
aceptar esta nueva situación. tabú la posibilidad de que un mayor
sea capaz de enamorarse y mantener
relaciones sexuales, especialmente
para los más jóvenes –explica la
experta en gerontología-. En general
se puede afirmar que a los hijos les
cuesta admitir que su padre o madre
se ha vuelto a enamorar; no son raras
46 Sesenta y más
con ella día y noche. Su enfermedad ne edad –explica Juan- yo siento las LOS HIJOS NO NOS APOYAN
comenzó a imposibilitarla poco des- mismas mariposas en el estómago
pués de nacer nuestra segunda hija que cuando tenía quince años, bue- Los hijos de Juan no ven muy bien
y falleció al poco de jubilarme, yo no incluso peor, porque en este que estemos juntos y a los míos tam-
tenía sesenta años. Me siento feliz momento, antes de saber si eres poco les hace mucha gracia, y por
porque todo lo que estuvo en mi correspondido tienes mucho más supuesto el resto de la familia de
mano darle, lo tuvo, pero al final se miedo al ridículo que cuando eres un ambos piensan cuanto menos que se
fue y tras su muerte me quedé tan chaval”. nos ha ido la cabeza o cosas peores.
vacío que sólo quería morir!, explica Pero es nuestra vida y no estamos
Juan. Pero Elisa dijo sí y según explican dispuestos a renunciar a ella”, dice
el suelo se movió bajo sus pies y un Elisa de manera tajante.
“Mis hijos me animaron a que futuro lleno de sueños se abrió ante
saliera y me apuntara a un centro de ellos. Desde entonces no paran de “De hecho, poco a poco empiezan
mayores. A mi siempre me han viajar juntos, ir a bailar, al cine y a a aceptar que Elisa es mi compañera
encantado las actividades manuales, cualquier lugar que nunca antes, por y que si me invitan a una boda, implí-
sobre todo la pintura, y empecé a ir distintos motivos, habían ido. citamente la invitan a ella, así que si
por el centro de mi barrio”. “Allí nos no quieren que vaya ella que no me lo
conocimos”, interviene Elisa. Y es que, según explica Nina Miel- digan a mí”, dice Juan.
go, “una persona mantiene la capaci-
La historia de Elisa es parecida a dad de enamorarse mientras siga sin- “Nunca pensé que la felicidad me
la mucha mujeres de su edad: “Yo tiendo ganas de vivir, lo que va cam- fuese a llegar con más de sesenta
nunca fui feliz en mi matrimonio, biando con los años es la forma de años –señala Elisa con una sonrisa-
bueno, la verdad es que no creí que
Las personas mayores tienen me llegara ni con sesenta ni con cien.
unas necesidades prioritarias Pero ahora se que existe, he conoci-
relacionadas con la salud, pero do lo que es disfrutar de la sexuali-
también necesitan participar dad, de poder reír con el otro, de ser
y transmitir sus conocimientos. amada y complacida y a la vez de
poder amar al hombre con el que soy
pero tampoco desgraciada. Mi mari- sentir y manifestar física y psicológi- feliz. Es lo mejor que me ha pasado
do era un buen hombre, pero nunca camente el amor”. nunca y espero que lleguen a com-
llegué a ser feliz con él aunque tuvi- prenderlo”.
mos tres hijos, dos chicos y una chi- “El motivo –continúa la psicóloga-
ca. Cuando falleció bien sabe Dios es simple: con los años cambiamos Nina Mielgo señala que situaciones
que en mis planes no entraba volver tanto física como mentalmente la similares a la que viven Juan y Elisa
a tener pareja, ni mucho menos, percepción que tenemos de nosotros con su familia no son ni mucho
pero el destino quiso que conociera y de los demás;.así, el presente y el menos excepcionales, sino frecuente
a Juan en la clase de pintura y todo futuro varían con el paso del tiem- y difíciles de resolver. “La vivencia
cambió”. po”. que otros miembros de la familia tie-
nen respecto al hecho de que su
Fueron precisamente los pinceles Juan y Elisa comparten casa y vida padre, madre, abuelo o abuela se
y el olor a disolvente los testigos del desde hace algo menos de un año. Lo enamoren estando viudos o separa-
principio de su amor, y sus cómplices que está siendo un poco más duro dos suele producir un impacto”
los cuadros que hoy decoran las para ellos es la reacción de la familia,
paredes de su casa. “El amor no tie- porque no todos están dispuestos a “Socialmente se ha vivido como un
aceptar esta nueva situación. tabú la posibilidad de que un mayor
sea capaz de enamorarse y mantener
relaciones sexuales, especialmente
para los más jóvenes –explica la
experta en gerontología-. En general
se puede afirmar que a los hijos les
cuesta admitir que su padre o madre
se ha vuelto a enamorar; no son raras
46 Sesenta y más