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un borracho”.  Curiosamente años más mano izquierda”. Así lo hicieron luego
         tarde Wagner la consideraría la “apote- Strauss y Prokofieff.
         osis de la danza”.
                                                     Beethoven tuvo algunos momentos de
         Parecía que Viena, que pronto se defini- desánimo al final de su vida y parece
         ría como la cuna de la elegante vacuidad que buscó alivio en la bebida (su padre
         de los valses, sentía ya una cierta predi- era dipsómano) e intentó incluso el sui-
         lección por la alegría y brillantez del ita- cidio. El mismo lo confiesa en su Testa-
         liano Rossini y no atendía del todo a la mento de Heiligenstadt: “El amor hacia
         polisemia trágica y profunda de un Bee- mi arte es lo único que me ha detenido.”
         thoven cuya música era un trasunto de Ahora estoy resignado. ¡Dios mío, tu mi-
         su mundo interior. No obstante, él no se rada penetra en las profundidades de mi
         abatía del todo. Siempre se le veía pa- alma! Tu conoces mi corazón y sabes
         sear por las afueras de Viena garabate- que no respira sino amor al prójimo tu
         ando en un papel lo que le sugería la deseo del bien”. Y como el pelícano vol-
         naturaleza. A  veces volvía entusiasmado vía a resurgir de sus cenizas lleno de en-
         hasta el punto de olvidar el sombrero o tusiasmo y renovado optimismo.
         aquel parasol que solía llevar consigo. Beethoven, a pesar de estos avatares no
         Sólo se quejaba de no poder oír la flauta se desanimó definitivamente y con una
         de los pastores o el cantar del cucu en la reciedumbre  titánica volvía a su tarea,
         enramada, que él incluyó en la Sinfonía como hizo Mozart  aquejado también  de
         Pastoral                                    sordera al final de su vida  o el gran
                                                     Haendel  que se estaba quedando ciego
         A pesar de los reveses de su vida ator-
         mentada de los continuos problemas          mientras componía “El Mesías”
                                                     Cuando el médico anunció a Beethoven
         que supuso su sobrino, de los litigios con
         su cuñada a la que acusó de haber en-       la proximidad de la muerte, dijo: “Lla-
         venenado a su marido, su capacidad          mad a un  sacerdote”. Tras haberse con-
         protéica de autoregeneración fermen-        fesado, añadió a los presentes: “Plaudite
         taba nuevas ideas y su creatividad no       omnes ¡ Finita est comedia” (Aplaudid
                                                     todos ¡La comedia ha terminado!). .
         disminuía. No es de extrañar que el pia-
         nista austríaco P. Wittgenstein, tras
         haber perdido el brazo derecho en la              “Plaudite omnes
         2ªguerra mundial eligiera como modelo
         de tesón a Beethoven y siguiera inter-
         pretando en los escenarios de medio          ¡ Finita est comedia!”
         mundo. Ravel compuso para él el cele-
         brado  “Concierto en Re para la                                 Jose María Vinardell Crespo

        Boletín C.R.M.F.                                                                    17
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