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| OPINIÓN
Crisis: La palabra crisis está en la actualidad, desgraciadamente, en boca de
casi todos. Se usa, con bastante frecuencia, para designar la zozo-
¿Liberación bra e inquietud que nos invade. El uso de la palabra crisis se refi ere,
sin duda, a los difíciles momentos que atravesamos los ciudadanos.
del Mayor?
Lo que se escucha por la calle, con referencia a la famosa crisis,
no indica, en absoluto, que exista una clara preocupación porque
la crisis afecte a los Mayores. ¡Que equivocados están los que así
piensan! Esta situación nos atañe a todos. A unos más que a otros,
es cierto, pero todos nosotros estamos inmersos en esa acuciante y
triste situación.
Los Mayores quizá lo podamos ver desde otro ángulo. Podemos
constatar que esta situación puede que en algo nos benefi cie. Por
ejemplo: Anteriormente, nuestros hijos e hijas nos “usaban” a los
Mayores para cuidar a los nietos; fundamentando esa posición en
Fernando Martín Galán que ambos miembros de la pareja trabajaban y “no tenían tiempo”
Mayor para llevar a los niños al colegio, para darles de comer, para volver a
Diciembre 2009 llevarlos al “cole” y para, en otras palabras, hacer de padres, educar
a los hijos y darles ese cariño que necesitan. Esa labor educativa y
afectiva la delegaban totalmente en los abuelos —Los Mayores—
Evidentemente era mucho más cómodo que los abuelos y abuelas
“cargasen”, con gusto, con esa, a veces, ardua tarea. En muchos
casos —como anteriormente escribí sobre ello— esa dejación de
deberes paternales era consecuencia no de una necesidad del traba-
jo de la pareja, sino mas bien una forma de obtener un coche más
grande y lujoso o una casa mejor que la de nuestros amigos o com-
pañeros de trabajo, ante quienes presumir de esos “logros” alcanza-
dos, si bien omitían decir que todo ello era a costa del sacrifi cio de
los abuelos.
Pues bien, ahora se muestra que al no trabajar uno o ambos miem-
bros de la pareja, ellos tendrán mucho más tiempo (además del
necesario para la búsqueda de un trabajo) para dedicarlo a sus hijos
y dejar descansar a los abuelos, que se tienen muy merecido un des-
canso y disfrute de su propia y, en ocasiones, corta vida. Creo que
a eso se le puede llamar liberación del Mayor ante una situación
dramática. Lo contrario es otra cosa.
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