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Opinión

CÉSAR DE LA LAMA / PERIODISTA Y ESCRITOR

La risa y el buen humor prolongan la vida

i amigo estaba en esa sofisticadas técnicas desinhibitorias y de
edad en la que la ambi- relajación. Le hicieron cosquillas. Un paya-
ción decae y las pasiones so profesional se trasladó hasta su casa y
humanas disminuyen más montó un número especial de chirigotas y
allá de la libido. Había escenificaciones capaz de hacer reír a un
Mtenido un disgusto y le muerto. No sirvió de nada.
había afectado donde nacen las emociones Se buscaron miles de motivos que justi-
y descansa el sistema límbico. Y después, ficaran su carencia. Desde los personales
sin que nadie le dijera nada, dejó de reír a la frustración que siente el hombre
de la noche a la mañana para sorpresa de moderno ante una Humanidad dolorida.
los médicos que le trataban. La primera en Parece como si cuanto más avanza la civi-
descubrirlo fue su mujer cuando lo contó lización, más circunspectos nos volvemos.
un chiste. No movió los labios. No se reía Todo se transcendentaliza, se dramatiza
ni por placer, ni por ironía, ni aún siquiera inútilmente.
por quedar bien. Aunque el resto de su Le fui a ver y le dije que los países ricos
cerebro se mantenía normal, no sabía reír. y poderosos habían prometido acabar con la
Había perdido el beneficio de la risa. Y por miseria en el mundo.
tanto no tenía desbloqueo emocional, per- Mi amigo comenzó a reír a carcajadas,
dida de tensiones; no era optimista, no casi se le desencaja la mandíbula. Se des-
veía las cosas buenas que tiene la existen- ternillaba de risa. Por fin lo habíamos con-
cia. Carecía del preciado don de la tem- seguido.
planza. Y no reaccionaba ante la vida que ¿Por qué esa risa?, le pregunté.
se le escapaba a borbotones por no saber Mira, siempre me he reído hacia adentro
ni siquiera sonreír. por timidez. ¡Pero ahora, que voy a cumplir
Sin la risa dejó de liberar endorfinas. Per- los setenta, me río cómo y de lo que me da
dió la autoestima, la confianza en sí mismo. la gana! Y me siento feliz. Y eso que me
Se sintió mal. No rechazó lo negativo ni dices de la igualdad entre las naciones, tan
abrazó “la alegría inocente que se desborda difícil de conseguir por el egoísmo humano,
en una catarata cristalina que brota a plena me produce una tremenda risa. Te voy a ser
garganta”, como dice Rubén Darío. Sin las sincero: me río por no llorar.
risa no pudo luchar en contra de la hiper- Al cabo de un año me lo volví a encontrar.
tensión, el desequilibro circulatorio, el Estaba en plena forma. Me dijo que iba a la
dolor, la apatía, la timidez, la melancolía; piscina tres veces por semana y se hacia
respirar a pleno pulmón, sentir la plenitud diez largos como si tal cosa. La vida le son-
de la existencia. Porque la risa es, en defi- reía.
nitiva, como la sombra de la vida misma, el A la vejez, la vida se debe afrontar con
doblez del ser humano en plena actividad alegría y sentido del humor, y cierta risa,
placentera. aunque no sea tan estentórea como la de mi
Se intentó todo para conseguir de él un amigo. Al menos, una sonrisa por todo lo
ligero guiño risueño. Se consultó a especia- que se ha vivido y lo que se puede seguir
listas en risoterapia que utilizaron las más viviendo.

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