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A TONO
Texto: Inés González
Fotos: Mª Ángeles Tirado y Archivo
Cada seis minutos se produce un
ICTUS EN ESPAÑA
ada seis minutos se
produce un ictus en
España, siendo la pri-
Cmera causa de mortali-
dad en mujeres y la segunda en
hombres. Se estima que un ter-
cio de los pacientes con ictus
fallecen por esta causa y el
40% sufre una discapacidad
que les impide valerse por sí
mismos. Su aparición provoca
más incapacidad y muertes pre-
maturas que el Alzheimer y los
accidentes de tráfico juntos.
Ante los primeros síntomas del ictus hay que acudir al Hospital, para evitar sus consecuencias. detección precoz y la aplicación del
24 Sesenta y más
stos datos contrastan con el
hecho de que el ictus y sus
consecuencias se podrían
Eprevenir en muchos casos.
Como señala el doctor José Álvarez-
Sabín, coordinador del Grupo de
Estudio de Enfermedades Cerebro-
vasculares de la Sociedad Española
de Neurología (GEECV-SEN), los
estudios han demostrado que el
diagnóstico precoz del ictus y la
atención neurológica especializada
reducen la mortalidad y la discapaci- factores de riesgo controlados.
dad. “Una persona que acude ante
los primeros síntomas del ictus (pér-
dida de fuerza o de sensibilidad en la
mitad del cuerpo, pérdida de visión,
alteración del habla, inestabilidad de
instauración aguda) al hospital y es
tratado por un neurólogo tiene 3
veces menos probabilidades de falle-
cer o quedar con una discapacidad
para el resto de su vida”.
Esta falta de prevención se hace
más patente en los pacientes que
han sufrido un ictus y que presentan
un alto riesgo de sufrir otro episodio.
El riesgo es más elevado en los pri-
meros tres meses, pero a los diez
años más de la mitad de los pacien-
tes volverán a presentar otro ictus si
no reciben el tratamiento adecuado y
controlan sus factores de riesgo vas-
cular. En este sentido, según los
datos del estudio español IMPACTO,
menos de un tercio de los enfermos
que han padecido un ictus tienen los
La visita al urólogo,
uno de los grandes
miedos del hombre
sistir al urólogo es todavía una
Apráctica poco habitual para el
hombre. Ya sea por temor, por pre-
juicios o por falta de concienciación,
los varones siguen siendo reacios a
la visita de este especialista. Datos
aportados por distintos urólogos
cifran en menos del 10% el porcen-
taje de varones que acude periódica-
mente a una revisión urológica. Una
realidad que contrasta enormemente
con el hábito totalmente asentado de
la mujer de acudir periódicamente al
ginecólogo.
Este miedo implica que el varón
ponga en peligro su salud, debido a
que las revisiones urológicas son
imprescindibles para diagnosticar
algunos trastornos tan graves como
el cáncer de próstata, que con una