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                                        Opinión






                                        GERMÁN UBILLOS ORSOLICH, ESCRITOR Y PERIODISTA.



              Mi otoño






                                                        n día gris. Las nubes       encinas y acacias son un ascua de colores
                                                        oscuras y esponjosas se     amarillos, pardos, anaranjados, ocres;
                                                        deshilachan por entre las   pisamos las hojas empapadas de lluvia, el
                                                        montañas. He calzado las    silencio es total, nada se mueve, se diría
                                                        botas de campo y la tren-   un bosque encantado. Cientos y cientos de
                                                        ka y hemos comenzado a      árboles en soledad, una belleza sublime,
                                        U pasear mi hermana y yo                    demasiado deslumbrante y estética, como
                                        por el camino horizontal que serpentea a    un filme de Zeffirelli. A este bosque queri-
                                        través del pinar. El suelo está empapado,   do le rocé con la mano cuando estaba
                                        todo rezuma agua, las jaras, el tomillo, la  enfermo del espíritu, le decía: "Bosque, tú
                                        lluvia ha hecho que la corteza de los pinos,  que puedes, cúrame".
                                        por su lado oeste, se llene de musgo.
                                                                                       Recordaba a Herman Hesse y su amor
                                          Caminamos entre la niebla húmeda. Mi      por la naturaleza. Ahora, hace mucho cura-
                                        hermana fuma, yo camino deprisa, en mi      do, más sabio de las pequeñas cosas, fijo
                                        mente bullen las ideas en embrión, me       plácidamente las pupilas en las hojas,
                                        siento bien, fuerte, sano, estable. Divisa-  espero que me hablen, sé que pueden
                                        mos el Monasterio entre la penumbra, con    hacerlo.
                                        sus aristas clásicas, herrerianas. Después
                                        llegamos a lo que llamo "el camino de la       Desde aquí, desde el valle, los chopos
                                        vida", un sendero zigzagueante que des-     de color anaranjado serpentean por el ver-
                                        ciende hacia el valle umbrío, pero más      de pinar en fila, parecen monjes budistas
                                        allá, dando un salto en el espacio, se divi-  ascendiendo hacia las cumbres de la per-
                                        sa el brillante horizonte entre las monta-  fección. El camino de "El Castañar", esa
                                        ñas, es el Shangrui-La, el Más Allá que hay  misteriosa finca, se pierde entre los colo-
                                        que alcanzar. Allí, más allá de la vejez y de  res humedecidos.
                                        la muerte, nos aguarda la luz.He hecho
                                        este paseo muchas veces, muchos años, en       Cuando vamos de regreso, una nueva
                                        muy distintos estados de ánimo: enamora-    paz ha penetrado hasta lo hondo de nues-
                                        do, expansivo, melancólico, creativo, mas-  tras almas. No hablamos. La niebla del
                                        ticando la soledad... Siempre veo ese per-  Norte se ha ido disipando, las preocupa-
                                        fil de luz más allá de mis pasos.           ciones con ella, el orden silencioso de la
                                                                                    Naturaleza, con el dedo en los labios, nos
                                          Ahora hemos descendido al bosque de la    insta a callar, sentimos su presencia, su
                                        Herrería. Mi hermana me sigue silenciosa,   proximidad, la armonía con ella, somos
                                        ella es buena, en el sentido que daba       más buenos, volvemos .... un poco más
                                        Machado a esa palabra. Los castaños,        purificados.






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