Page 66 - ses243
P. 66
066SESENTA 6/10/05 12:17 Página 66
Opinión
FRANCISCO RUIZ DE LA CUESTA/MÉDICO Y ESCRITOR
La mala costumbre periódico y al supermercado de la esquina…
–Ahora, con la jubilación, voy a comprar el
“Peleo” con los “euros”. No me interesa
de envejecer nada más.
No se ha enterado de los trabajos sociales
e queja todos los días,
S chan. La soledad no la acep- leído los talleres de jardinería, encuaderna-
de ayuda a otros que están peor que él; no ha
rumiando que no le escu-
ción, fotografía; viajes organizados; estancias
ta y la irritabilidad hace mella
en balnearios; conferencias, conciertos; cur-
en su carácter, complicando
sos sobre la historia de la ciudad; filatelia;
la vida de su entorno.
–El tinto, de “marqués para arriba”, como
–Mire, uno de los principios de las biblioteca pública…
dice mi médico, es buenísimo para el cora-
Naciones Unidas a favor de las personas de zón. Y las nueces….
edad, dice: “ Deberán permanecer integra- Un torrente para todo. Se le adivina en sus
dos en la sociedad, participar activamente ojos, con ganas de vivir.
en la formulación y aplicación de las políti- Unos, con el peso de la jubilación, no se
cas que afecten directamente a su bienes- sienten integrados en la sociedad, viviendo su
tar y poder compartir sus conocimientos y discapacidad sin el trato digno; sin tener
pericias con las generaciones más jóve- acceso a los recursos educativos, culturales,
nes”… bueno, pues a mí no me escucha espirituales y recreativos de la sociedad.
nadie. Otros, bien informados, aprovechando oportu-
Arrastra los pies con zapatillas negras sin nidades de prestar sevicio a la comunidad y
encajar. Todas las mañanas sale a desayunar trabajando como voluntarios en puestos apro-
al bar de la esquina, con el ceño fruncido. piados a sus intereses y capacidades.
Ya van quedando pocas porteras, pero Dejó dicho Maurois: “Envejecer es solo una
conozco una delgada, de mirada esquiva, a mala costumbre; el hombre ocupado no tiene
quien le molestan los perros, igual que al tiempo de adquirirla”.
matrimonio mayor que tiene un Kiosco de Decían que las personas de edad eran
golosinas. No se callan y siempre tienen que barcos de invierno, desesperadamente forza-
decir algo desagradable al que pasa por su dos, empantanados en aguas grises y niebla
acera. Ponen polvos de azufre en las esqui- convulsa; embadurnadas alucinaciones pira-
nas. Mi perro, que con los años va perdiendo teando huellas melancólicas como naves
el olfato, se mea precisamente en estos reco- que zigzaguean tirando lastres mordaces.
vecos amarillos. Hasta que descubren el secreto de la felici-
Abuelo jubiloso que recoge a su nieto de la dad: Darse a los demás, hasta llegar al sol
guardería infantil, mientras piensa como su de la amistad, solidaridad auténtica; ayuda
amigo Clodoaldo: en los humildes servicios del hogar; acom-
“Es ya mi vida remanso pañar al amigo, vestir al desnudo, dar de
de ayeres y de mañanas; comer, de beber al sediento; enseñar al que
los ayeres ya son canas, no sabe; redimir al hundido; rezar por los
los mañanas…. ¿son descanso?” viajeros que se despiden.
Decía la Rochefoucauld: “Pocas personas Mis manos sobre tus manos, en un recuer-
saben ser viejas”. do de cantatas.
66 Sesenta y más