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Cartas ■■■■■■■■■■■■■■■■
Hacer más feliz y útil la vida la nombra, si no es para des- realidad viva, y la Iglesia,
virtuarla: supongo que la inclu- Cristo presente en ella.
Hace varios años leía con yen en esa religión difusa de Creemos que una vida útil y
cierta asiduidad su revista, que habla el señor Calvo. Por recta nos conduce a la Vida y
pero por una serie de circuns- otra parte, la profesora que la muerte es la puerta que
tancias esta lectura se vió sus- Ballesteros no admite otra da paso a la felicidad eterna.
pendida y lo sentí de verdad. dimensión para la existencia ¿Sabe usted cuántos millones
Siempre la he considerado humana que el desarrollo físi- de hombres profesan esta fe?
estupenda por su contenido y co, psicológico y social. No puede pasársela por alto
su presentación, todo de cali- No sé si la dirección hace suya como algo que no merece
dad y de interés para sus lec- esta visión de la vida. En ese siquiera que se la considere
tores. En una ocasión –no caso, aparte de que faltan una opción.
recuerdo la fecha– me publica- otras opiniones para una infor- En cuanto a las palabras del
ron un artículo. mación verdadera ¿es eso real- señor Sanchez Dragó sobre
Ayer por casualidad he tenido mente lo que va a dar paz y Jesús y el cristianismo encuen-
en mis manos el número 220, esperanza a los que entramos tro que expresan una postura
de octubre 2003. La abrí con en ese «sesenta y más», personal que respeto, pero no
ilusión y encontré en ella casi supongo que es lo que se pro- entiendo qe se publiquen en su
todo lo que esperaba. Y digo ponen con su publicación? revista, dándoles un valor y una
casi todo porque me sorpren- Muchos de sus lectores son credibilidad que no les corres-
dió el enfoque de la religión a probablemente cristianos y se ponde más que como eso,
través de la columna «Papel habrán sentido defraudados como una opinión personal.
de la religión» y la entrevista al con esta visión del hombre. La
señor Sánchez Dragó. verdad cristiana es que Dios Rosario Araneta Merino
Sus lectores no encontrarán en existe y es amor; Cristo, una (Madrid)
ella la más mínima informa-
ción sobre la fe cristiana. Ni se
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Carta de amor Desde niño supe que tú y yo nuestros respectivos padres nos Siempre le agradeceré que me
estábamos designados para impidieron seguir viéndonos haya permitido vivir con digni-
compartir de modo absoluto porque, al parecer, la reconci- dad, y creo sinceramente que
nuestras vidas. Recuerdo aque- liación entre vencedores y ven- no fui mal compañero.
lla infancia tan despreocupada, cidos era una utopía, aquella Yo tuve una ventana abierta a
en que los juegos, la escuela y aciaga historia sembrada de la esperanza, y cuando supe
la familia eran un continuo en yugos, flechas, novenas y rosa- que tú también habías enviuda-
el que estábamos inmersos, y rios me hizo sentir que los úni- do, y pensé que nuestras vidas
en el que no había límites cos derrotados éramos tú y yo, se fusionarían de forma irrever-
entre lo tuyo y lo mío, porque querida, seres ingenuos que no sible, mi cuerpo experimentó
ambos éramos una misma habíamos tenido arte ni parte. una conversión que me hizo
cosa. Aquellos paseos por sen- Llevé muy mal lo del traslado recobrar la lozanía tantos años
das que sólo tú y yo conocía- de mi familia, y aquellas deci- aletargada. Sí, que el mundo
mos, los baños clandestinos en siones arbitrarias e implacables sepa que es posible conservar
el río,... La adolescencia llegó hicieron que me sintiera impo- la lozanía pasados los sesenta
sin enterarnos y de forma natu- tente. Peor aún, si cabe, fue años, y que sepa también que
ral compartimos los cambios aquel matrimonio impuesto que tú y yo, querida, recuperamos
que experimentaban nuestros me hizo vivir una muerte de nuestro amor, la necesidad de
cuerpos, descubrimos la sen- cuarenta y dos años. Lloré sexo y la alegría de vivir.
sualidad, la sexualidad, el mucho por dentro, pero nunca
atractivo. ¡Qué bonita eras! derramé una sola lágrima, ni Javier Roces
Así que cuando de repente, cuando mi esposa falleció. (Oviedo)
Sesenta y más 5
Hacer más feliz y útil la vida la nombra, si no es para des- realidad viva, y la Iglesia,
virtuarla: supongo que la inclu- Cristo presente en ella.
Hace varios años leía con yen en esa religión difusa de Creemos que una vida útil y
cierta asiduidad su revista, que habla el señor Calvo. Por recta nos conduce a la Vida y
pero por una serie de circuns- otra parte, la profesora que la muerte es la puerta que
tancias esta lectura se vió sus- Ballesteros no admite otra da paso a la felicidad eterna.
pendida y lo sentí de verdad. dimensión para la existencia ¿Sabe usted cuántos millones
Siempre la he considerado humana que el desarrollo físi- de hombres profesan esta fe?
estupenda por su contenido y co, psicológico y social. No puede pasársela por alto
su presentación, todo de cali- No sé si la dirección hace suya como algo que no merece
dad y de interés para sus lec- esta visión de la vida. En ese siquiera que se la considere
tores. En una ocasión –no caso, aparte de que faltan una opción.
recuerdo la fecha– me publica- otras opiniones para una infor- En cuanto a las palabras del
ron un artículo. mación verdadera ¿es eso real- señor Sanchez Dragó sobre
Ayer por casualidad he tenido mente lo que va a dar paz y Jesús y el cristianismo encuen-
en mis manos el número 220, esperanza a los que entramos tro que expresan una postura
de octubre 2003. La abrí con en ese «sesenta y más», personal que respeto, pero no
ilusión y encontré en ella casi supongo que es lo que se pro- entiendo qe se publiquen en su
todo lo que esperaba. Y digo ponen con su publicación? revista, dándoles un valor y una
casi todo porque me sorpren- Muchos de sus lectores son credibilidad que no les corres-
dió el enfoque de la religión a probablemente cristianos y se ponde más que como eso,
través de la columna «Papel habrán sentido defraudados como una opinión personal.
de la religión» y la entrevista al con esta visión del hombre. La
señor Sánchez Dragó. verdad cristiana es que Dios Rosario Araneta Merino
Sus lectores no encontrarán en existe y es amor; Cristo, una (Madrid)
ella la más mínima informa-
ción sobre la fe cristiana. Ni se
■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■
Carta de amor Desde niño supe que tú y yo nuestros respectivos padres nos Siempre le agradeceré que me
estábamos designados para impidieron seguir viéndonos haya permitido vivir con digni-
compartir de modo absoluto porque, al parecer, la reconci- dad, y creo sinceramente que
nuestras vidas. Recuerdo aque- liación entre vencedores y ven- no fui mal compañero.
lla infancia tan despreocupada, cidos era una utopía, aquella Yo tuve una ventana abierta a
en que los juegos, la escuela y aciaga historia sembrada de la esperanza, y cuando supe
la familia eran un continuo en yugos, flechas, novenas y rosa- que tú también habías enviuda-
el que estábamos inmersos, y rios me hizo sentir que los úni- do, y pensé que nuestras vidas
en el que no había límites cos derrotados éramos tú y yo, se fusionarían de forma irrever-
entre lo tuyo y lo mío, porque querida, seres ingenuos que no sible, mi cuerpo experimentó
ambos éramos una misma habíamos tenido arte ni parte. una conversión que me hizo
cosa. Aquellos paseos por sen- Llevé muy mal lo del traslado recobrar la lozanía tantos años
das que sólo tú y yo conocía- de mi familia, y aquellas deci- aletargada. Sí, que el mundo
mos, los baños clandestinos en siones arbitrarias e implacables sepa que es posible conservar
el río,... La adolescencia llegó hicieron que me sintiera impo- la lozanía pasados los sesenta
sin enterarnos y de forma natu- tente. Peor aún, si cabe, fue años, y que sepa también que
ral compartimos los cambios aquel matrimonio impuesto que tú y yo, querida, recuperamos
que experimentaban nuestros me hizo vivir una muerte de nuestro amor, la necesidad de
cuerpos, descubrimos la sen- cuarenta y dos años. Lloré sexo y la alegría de vivir.
sualidad, la sexualidad, el mucho por dentro, pero nunca
atractivo. ¡Qué bonita eras! derramé una sola lágrima, ni Javier Roces
Así que cuando de repente, cuando mi esposa falleció. (Oviedo)
Sesenta y más 5