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                                         Opinión






                                         CÉSAR DE LA LAMA / PERIODISTA Y ESCRITOR

              Idealizar la vejez para



              conservar la juventud




                                                   a sociedad está perdiendo los     último tramo de su existencia y vea el lado
                                                   vestigios de un dogmatismo que    bueno de las cosas, perderá parte de la ale-
                                                   nos hace perseverar en busca de   gría de vivir y será más sensible a los tras-
                                                   la verdad y la perfección. Cada   piés de una sociedad cada día más com-
                                                   vez se valora menos la conducta   pleja por su empeño perfeccionista. Para
                                         L humana porque todo acaba con              conseguirlo hace falta modificar la reali-
                                         el tiempo degradándose. Es la entropía del  dad, idealizarla. Hacer que las cosas nos
                                         sistema en desorden. Y como consecuen-      parezcan mejor y más bellas de lo que son
                                         cia, la alteración paulatina de los valores.  en sí, contribuirá a mantenernos en vilo.
                                         Occidente se desprende de ellos a gran      Debemos idealizar nuestro comportamiento
                                         velocidad y se produce una renovación per-  para protegernos ante la sociedad doliente
                                         manente de las ideas que pretenden alcan-   en la que nos desenvolvemos, los sufri-
                                         zar un mayor grado de civilización. ¿En qué  mientos de la guerra que no podemos evi-
                                         lugar queda el ser humano cargado de años   tar, las enfermedades que padecemos, el
                                         en este mundo convulso en el que todo       sexo que apetecemos. Sin idealismo no
                                         cambia de la noche a la mañana? Porqué la   podríamos ser felices y además asimilar
                                         vejez qué es sino tradición y experiencia   tanta imperfección. Porque los hechos no
                                         acumulada.                                  serían nada sin las ideas, los ideales. Solo
                                                                                     justificándolos elevaremos la existencia a
                                           Si a los mayores les quitamos sus creen-  la categoría de vida. Pasaremos por ella
                                         cias y se modifican sus prácticas, los con-  imaginando cosas perfectas aunque nos
                                         ceptos de familia y sexualidad, y además    arrastren engañosamente hacia lo irreal, la
                                         sucumbe su ideario, los sentimientos de     utopía que nos haga felices.
                                         libertad e independencia de la especie,
                                         ¿qué les queda entonces? Sólo la democra-     Dice Benavente que para realizar algo
                                         cia como el último reducto de unión de los  grande en la vida antes hay que destruir la
                                         pueblos que tiende por un lado al bienestar  realidad; seguir como única realidad el
                                         material individual, cada vez con un mayor  camino de nuestros sueños hacia lo ideal,
                                         descrédito de lo colectivo. Y por otro, a la  donde vuelan las almas. Me gustaría ideali-
                                         totalización, la aldea global que busca al  zar a mis semejantes como a ciudadanos de
                                         individuo universalista. Yo, en el Universo.  comportamiento ético y moral; a los políti-
                                         Pero también debemos de buscar con el       cos que nos permitan salir del fango, a una
                                         mismo afán la memoria histórica que nos     filosofía que consiga el bienestar y a las
                                         ha traído hasta el presente. Porque noso-   religiones que resuelvan el enigma del mas
                                         tros somos el eco del ayer. No se puede     allá. Sería el culmen de la civilización que
                                         ocultar.                                    para André Maurois no es otra cosa que la
                                                                                     aceptación de las convicciones comunes.
                                           Ante este panorama quien a la vejez no    Si las idealizamos en la vejez, mantendre-
                                         se eleve sobre sí mismo, no idealice este   mos joven nuestro espíritu.



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